Por un huevo roto, el supermercado desecha once en buen estado

De los 20.000 supermercados y grandes superficies de España, ninguno ha aceptado aparecer en este reportaje. Desperdician 840.000 toneladas de alimentos, según el Ministerio.

A diez minutos para el cierre de un supermercado, los clientes graban unos carros. Parecen perdidos, olvidados. Pero tienen una función: sirven para retirar los alimentos que están próximos a caducar.

La empleada “limpia” la sección de precocinados. El pescado retirado se echa a una cesta. La carne, directamente a una bolsa de basura. ¿Qué hacen después con ellos? A los trabajadores les incomodan las preguntas.

Para encontrar a alguien que nos cuente qué se hace con los alimentos que retiran, tenemos que alejarnos mucho de Madrid. Han trabajado muchos años en una cadena de supermercados y conocen muy bien sus métodos.

Esto es lo que ocultan bajo llave: contenedores de basura donde ya apenas caben el pan y la bollería frescos, del día y sin vender. Por eso la cadena de supermercados decide no sacar a la calle los contedores. El camión de la basura entra de madrugada hasta la misma tienda.

Los responsables de la planta dicen que ha disminuido la basura que reciben de los supermercados. Lo achacan a la crisis y a medidas como ésta: los clientes se sorprenden con descuentos para productos a punto de caducar que aparecen de forma discreta. El Gobierno quiere convertirlo en algo generalizado.

Hasta nueve personas se abalanzan sobre el contenedor. Revisan cada palmo en busca de comida. Esto es lo que encuentran: lechugas en perfecto estado y tomates que no parecen tener ningún defecto. En el contenedor de un supermercado han encontrado alimentos suficientes para que esta noche cenen nueve familias.

Aunque la fecha de caducidad no siempre tiene la culpa. Por un huevo roto, el supermercado desecha 11 en buen estado. Saben que el cliente jamás pagará por ellos, y lo tiran directamente a la basura.