TESTIGOS DEL DETERIORO DEL VALLE

Turistas documentan el estado de deterioro en el que se encuentra el Valle de los Caídos

Los turistas, que pagan nueve euros por entrar al Valle de los Caídos, son testigos de su deterioro. Si ingresan más de un millón de euros solo en entradas, ¿en qué se gastan entonces el dinero si no es en su conversación? Alimentos, combustibles, "gastos de culto"... en este vídeo, la respuesta.

Los turistas son testigos del deterioro del Valle. Tanto detrás de la cruz como delante, dentro de la Basílica. "Han puesto maceteros para las goteras y mira la pared qué humedades tiene", dice un turista mientras graba.

Antonio Hurtado, exdiputado del PSOE, afirma que Patrimonio Nacional "hay años que ha gastado dos millones y medio y hay años que ha gastado 1,8 millones fundamentalmente en mantenimiento" del Valle de los Caídos. "Luego, por otra parte, están son gastos de las transferencias que se hacen a la orden benedictina que está allí", apostilla.

A la pregunta de en qué se gastan entonces los monjes benedictinos los 340.000 euros de subvención que les dan cada año, Hurtado responde: "Según consta en las propias memorias anuales, en 2016, de los 340.000 euros, se gastan 105.000 euros en alimentos o en conceptos de combustibles 55.600 euros; esto son gastos que cubren la pervivencia de una orden religiosa con dinero público", afirma.

Sobre los "gastos de culto" de 2018, el exdiputado del PSOE selaña que "no están más especificados". "Pueden ser desde velas hasta cualquier cuestión como adornos florales que puedan tener las celebraciones religiosas que allí tienen lugar", expresa.

"Pero aquí llegamos a una conclusión: que por los cultos se cobra y se percibe un ingreso que se queda la propia orden, pero los gastos que tienen los cultos los paga el Estado a través de la transferencia que se le hace a la propia orden", manifiesta.

Para Antonio Hurtado, se trata de "un negocio muy suculento" y lo argumenta afirmando: "Tengo ingresos por prestar un servicio, como son bodas y bautizos y comuniones, o por el servicio de escolanía o por el servicio de hospedería, el servicio lo presto en un bien que no es mío, que es de dominio público, que es un bien histórico-artístico, pero además los gastos del servicio se lo cobro al propietario del bien", concluye.

Además, seguimos el rastro de las donaciones y descubrimos que los monjes benedictinos se benefician de la ayuda de una fundación sin ánimo de lucro: Fundación Valora.

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