El propietario de una cervecera artesanal aclara que necesitan los mismos permisos que una gran empresa: "Lo tenemos mal para competir"

A 30 kilómetros de Andorra y a 1.200 metros de altura, una profesora de instituto ha lanzado al mercado su propia cerveza artesana. Isabel Pérez y su marido comenzaron a producir cerveza artesanal en 2012 como salida a la crisis económica, pues ambos se habían quedado sin trabajo.

Ahora producen 200 litros cada fin de semana, pero esta explicaba que, para obtener un beneficio después de pagar impuestos, deben vender un mínimo de 2.400 litros al mes. Manuel Cáceres, su esposo, se encarga de la parte administrativa y comercial del negocio. Este aclaraba que necesitan los mismos permisos que los de una gran cervecera industrial e indica que ese es "uno de los grandes problemas que tenemos".

"Tienes que poner paneles sanitarios, instalación eléctrica. Piensan en grandes máquinas, pero nosotros producimos 200 litros", exponía, y añadía: "Lo tenemos un poco mal para competir con ellos". Además, admitía que lo habían invertido todo, entre 150.000 y 180.000 euros.