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"Vecino perfecto y empleado del mes": así consiguió pasar desapercibido el asesino en serie de Castellón tras cometer cinco crímenes

La vida del joven Joaquín Ferrándiz de 32 años no llamó la atención de nadie, pese a que había cometido cinco crímenes. Era conocido como un "buen vecino" y muy trabajador. De hecho, llegaron a nombrarle empleado del mes en su empresa.

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Pese a haber cometido cinco crímenes, la vida de Joaquín Ferrándiz no llamó la atención de nadie. Con 32 años, residía en una céntrica calle de Castellón. "Parecía normal y es bastante inteligente. Además, era una de las personas que cuando subía alguien era amable, ya que le aguantaba la puerta o le cogía las bolsas y le acompañaba", recuerda un vecino.

En la misma línea, la periodista María Fabra señala que "era un chico completamente normal, trabajador, puntual, amigo de sus amigos, lo más parecido a un perfil de persona normal. Ferrándiz fue contratado en la sucursal de una importante agencia de seguros cuando aparecieron los cuerpos de tres de sus víctimas, e incluso llegaron a nombrarle empleado del mes el verano que perpetró su quinto asesinato.

Un año después de matar a su última víctima, el vecino perfecto y empleado del mes volvió a salir de 'caza', y eligió las discotecas de un polígono industrial a las afueras de Castellón. Cinco meses después. un pastor encontró el cadáver de Amelia en una balsa de Onda, un pueblo a 20 kilómetros de Castellón.

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