Encuentran agua 'corriente'

Los gritos de las aventureras al encontrar una cascada en medio de la selva: "¡Ese agua se puede beber, chicas!"

Un grupo de exploradoras encuentra una cascada de agua el segundo día de su aventura en La Isla. Entre gritos, avisa al resto de habitantes del hallazgo mientras llenan botellas y se refrescan ajenas a que si no la filtran, pueden dañar seriamente su salud.

En el segundo día, dos grupos de exploradoras salen del campamento base en busca de recursos para sobrevivir. El agua y la comida se convierten en la prioridad sin olvidar la búsqueda de una playa más segura en la que acampar ya que donde están no hay agua potable ni comida más allá de la que pueden encontrar pegada a las rocas del mar como ostras o lapas.

Después de encontrar el primer día lo que pensaban que era agua potable y acabó siendo un charco de agua estancada, dan con una cascada. Entre gritos, un grupo de mujeres muestran su felicidad por el hallazgo y por poder refrescarse bajo el agua 'corriente'. Gritos con los que avisan al resto de compañeras de la buena noticia.

Sin saber si se puede beber, algunas exploradoras se arriesgan a beberla e incluso la mezclan en las botellas que llevaban con el agua potable que les facilitó el programa al principio de la aventura.

Lo que no conocen es que es necesario purificar el agua correctamente porque si no lo hacen bien, pronto caerán enfermas ya que el agua del suelo contiene toda clase de bacterias de los animales salvajes que beben y defecan en ella. En caso de beber en ella, la gastroentiris está garantizada.

"Si a alguien le va a dar diarrea es a mí porque me he hinchado", comenta Lucy por un lado. Por otro, Ana María se muestra más reacia a probarla. "No sabemos si ahí arriba hay un orangután muerto o un caimán o vete tú a saber lo que puede haber ahí", le dice a sus compañeras.

Otro momento relacionado

Tras encontrar agua, otro grupo de exploradoras saldrán al día siguiente a buscar una playa donde acampar. Una tarea que no les será fácil. Después de encontrarla, surge otro problema: la dificultad para acceder a los cocos de las palmeras. Sin embargo, tras pedirle Mireia Borrás, la ahora diputada de Vox en el Congreso, al santo Faustino ayuda, las aventureras consiguen la fruta. "¡Joder, nos bajó cinco cocos Fausto!".

Pero tras conseguir los cocos, la noche se les echará encima y tendrán que hacer noche allí. Un hecho que cabrea al resto de aventureras que se han quedado en el campamento base. Silvia lanza una amenaza. "Bienvenidas a los juegos del hambre, empiezan ya", asegura.

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