Los métodos de contratación

1.750 euros, indemnización por muerte y heridas: así recluta Rusia mercenarios para luchar en Ucrania

¿Por qué es importante? La contratación de mercenarios extranjeros es crucial para Rusia, ya que le permite ahorrar recursos y mantener a más tropas en su territorio, mientras enfrenta la escasez de soldados.

En medio de la guerra en Ucrania, Rusia estaría reclutando mercenarios yemeníes para suplir la escasez de soldados, una práctica cada vez más habitual en conflictos bélicos. Esta decisión se basa principalmente en la rentabilidad económica, ya que contratar mercenarios resulta mucho más barato que enviar soldados profesionales al frente.

Según expertos, un soldado ruso promedio ganaría alrededor de 3.500 euros al mes. Sin embargo, a los mercenarios extranjeros, como los yemeníes, se les ofrecería la mitad de esa cantidad, aproximadamente 1.750 euros. Una operación que compensa al Kremlin, porque de esta forma, se pueden quedar más personas en Rusia, trabajando, para seguir sacando la guerra.

Los métodos de contratación

Los acuerdos con mercenarios suelen incluir ciertos puntos clave, como el salario y las indemnizaciones en caso de muerte o heridas. Sin embargo, los métodos utilizados para reclutar a estos combatientes varían, y no siempre son transparentes.

En muchos casos, los reclutadores emplean tácticas de extorsión, especialmente con migrantes vulnerables, a quienes se les amenaza con no renovar su permiso de residencia si no se unen a la lucha. Otras veces, los mercenarios son contratados por empresas privadas de seguridad, como sucede con compañías que operan como intermediarias en conflictos bélicos.

Además, algunos acuerdos se establecen entre gobiernos, como en el caso de Rusia y Corea del Norte, donde Moscú habría ofrecido dinero y acceso a información sobre tecnología militar a cambio de apoyo.

Mercenarios en los conflictos internacionales

El uso de mercenarios no es una novedad en los conflictos bélicos. En el pasado, potencias como Estados Unidos han recurrido a empresas privadas como Blackwater para realizar operaciones en Afganistán e Irak.

Igualmente, en la guerra civil de Libia, Turquía contrató milicianos sirios para apoyar su intervención. Estos acuerdos, aunque comunes, suelen carecer de garantías jurídicas claras, lo que hace que los pactos frecuentemente no se cumplan, dejando a los combatientes en una situación precaria.