Análisis de Ariadna G. Chas

Benjamin Netanyahu, un líder israelí lleno de polémica: de calificar a las mujeres de "animales" a afirmar que se preocupa "por los palestinos más que sus propios líderes"

La periodista Ariadna G. Chas analiza en laSexta Clave la carrera de Netanyahu, llena de 'récords', pero también de mucha polémica.

Benjamin Netanyahu es un hombre de récords. El primer ministro más joven de la historia de Israel, el que más años lleva en el cargo y el primero y único nacido en el actual Estado israelí. Si algo más define a este dirigente es que sus declaraciones no suelen dejar indiferentes a nadie. Así se expresó recientemente intentando posicionarse contra la violencia de género: "Las mujeres no son animales a los que puedan golpear. Hoy decimos que tampoco deberían golpear a los animales. Las mujeres son animales, los niños son animales; con derechos".

Netanyahu, o 'Bibi' para los amigos, nació en Tel Aviv, pero pasó casi toda su juventud en los Estados Unidos. Fue a un instituto en Filadelfia y estudió en varias universidades norteamericanas, entre ellas en Harvard. Fue precisamente en el país norteamericano donde dejó sus primeras declaraciones públicas, y ya en ese momento tenía las ideas muy definidas: "El verdadero núcleo del conflicto es la lamentable negativa de los árabes a aceptar el estado de Israel".

Aunque no había cumplido ni 30 años, ya decía que el deseo palestino no era crear un estado, sino destruir otro, el de Israel. Han pasado más de 40 años, pero sus ideas apenas han cambiado. Estas y otras declaraciones y actos las realizó entre idas y venidas a Israel: con 18 años se unió al ejército de su país para participar en una guerra contra los árabes. Durante su paso por la milicia, resultó herido en varias ocasiones e incluso llegó a recibir un disparo en el hombro. ​

Fue a finales de los 80 cuando Netanyahu entró en política. No tardó en ascender, y en 1996 se convirtió en el primer ministro más joven de la historia de Israel. Tenía 46 años entonces y duró tres en el cargo. Pero en 2009 volvió a ganar las elecciones. Desde ese año, ha sido el primer ministro , aunque ahora solo en funciones. Cabe destacar además que en el último año su popularidad ha caído en picado, y eso a pesar de la campaña de vacunación contra el coronavirus que ha puesto a Israel a la cabeza de convertirse en el primer país del mundo libre de COVID.

Sus escándalos, entre los que destaca la presunta corrupción que sobrevuela sobre su cabeza, han destacado más que su gestión. A Netanyahu se le acusa de fraude, abuso de confianza y sobornos. Entre otras cosas, habría aceptado más de 260.000 dólares en regalos. No obstante, él siempre lo ha negado todo. Por otra parte, su política ha estado marcada por una fuerte alianza con Estados Unidos.

Salvo por los encontronazos con Barack Obama, la relación con los demás presidentes ha sido mucho más que estrecha. Hasta el punto de que Netanyahu ha llegado a actuar contra sus intereses para no disgustar a su socio. Por agradar a Bill Clinton, el primer ministro israelí llegó a darle la mano al que él siempre había considerado un terrorista: Yasir Arafat, presidente de Palestina durante diez años.

Sin embargo, este gesto quedó en poco más que una imagen. Porque si algo ha caracterizado a su gobierno ha sido una oposición total a la idea del estado palestino. Y eso a pesar de afirmar en una ocasión que, como primer ministro de Israel, se preocupa "más por los palestinos que sus propios líderes", a lo que añadía: "Suena increíble, ¿verdad?". Suena increíble, sí. Porque en los bombardeos de los últimos días han muerto más de 200 personas; más del 85% en la Franja de Gaza, y la mayoría son civiles palestinos.

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