Diferentes gestiones tras el desastre
Bilbao, tras la riada de 1983, creó Euskalmet; Mazón, elimina la Agencia Valenciana del Cambio Climático
¿Por qué es importante? La Generalitat ha afirmado que no cuentan con meteorólogos y que se basan lo que dice la AEMET. Sin expertos propios ni organismos especializados, la capacidad de respuesta ante emergencias climática se ve limitada.
El alcalde de Cullera ha confirmado este lunes que el municipio tiene contratado un meteorólogo para anticipar fenómenos meteorológicos extremos. Según el edil, el pasado 28 de octubre el experto ya alertó sobre lo que se avecinaba, advirtiendo que las lluvias serían "históricas". Esta información, que podría haber ayudado a minimizar los efectos del temporal, no fue compartida por la Generalitat Valenciana, cuyo portavoz ha afirmado esta tarde que no cuentan con meteorólogos en nómina y que se basan exclusivamente en los informes de la AEMET.
El tema de la previsión y gestión de catástrofes se ha visto nuevamente en el centro del debate político tras el anuncio del borrador de los próximos presupuestos por parte de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural. En este borrador, se contempla la eliminación de la Agencia Valenciana del Cambio Climático (AVCC), un organismo creado por el gobierno del PSOE, Compromís y Podemos con el objetivo de prevenir y mitigar catástrofes como la DANA.
Esta decisión ha generado controversia, especialmente por las experiencias de otras regiones, como el País Vasco, donde se invirtió fuertemente en la infraestructura de emergencias tras las devastadoras inundaciones que azotaron Bilbao hace 41 años. En ese momento, la ciudad sufría los efectos de una grave crisis industrial y problemas sociales como el terrorismo y la heroína. Sin embargo, tras las inundaciones, la ciudad renació, no solo con la reconstrucción física, sino con una modernización integral de sus servicios de emergencia y la creación de Euskalmet, la Agencia Vasca de Meteorología.
En Bilbao, esa recuperación vino acompañada de una subida del IRPF del 6% para los contribuyentes, como parte de un esfuerzo solidario colectivo. Este tipo de políticas de inversión en infraestructuras y protección civil fueron claves para transformar Bilbao en la ciudad moderna y resiliente que es hoy.