Campos de concentración en España: así sufrían y morían los esclavos del franquismo y así blanqueaba su uso el régimen

La historia de los campos de concentración del franquismo se ha contado muy poco en este país. Al franquismo no le interesaba, y cuando contó algo fue para presumir de esos campos como fábricas de destrucción del enemigo. Prueba de ello es cómo justificaba el NO-DO estos espacios: "Como un tullido que desentumece su mano cerrada, estos hombres abrieron el puño. La España de Franco iba haciendo de estos enemigos sus hombres".

Para analizar esta cuestión, en laSexta clave hemos contado con la intervención de Carlos Pastor, director de laSexta Columna, el programa que mejor ha contado la historia de este país. Una pregunta da pie a la cuestión: ¿cuántos campos de concentración llegó a tener el franquismo y cuánta gente los sufrió en sus propias carnes? Se piensa que son unos 300, pero la realidad es que no ha habido un organismo oficial que se haya puesto realmente a contarlos.

Por eso, tampoco se sabe con exactitud cuánta gente pasó por los mismos. De los pocos que hay imágenes, se puede destacar, en España, el de Burgos. Sin embargo, el vídeo de este lugar fue manipulado de forma 'optimista' por los fascistas para que pareciera poco menos que un campamento de Boy Scouts. Se les ve reírse, divertidos, como si casi mereciera casi la pena estar ahí. La realidad, claro, era bien distinta. En ese campo de concentración, quien mandaba era Vallejo-Nájera.

Sí, el psiquiatra oficial del régimen y que, entre otras ocurrencias, decidió ponerse a investigar lo que denominó 'gen rojo' -una especia de enfermedad que hacía a las personas comunistas- para erradicarlo. ¿Cuáles eran las condiciones en esos campos de concentración? Si bien no eran tan brutales como los de los nazis -por una razón económica-, sí eran monumentos al sufrimiento humano: se pasaba sed y muchísima hambre.

¿Quién se benefició de los campos de concentración del franquismo? La Iglesia, administraciones, constructoras... todas estas instituciones formaron parte de un entramado cuyo único fin era esclavizar -cuando no era torturar o fusilar- a los llamados 'desafectos' del régimen y que sigue sin ser en muchos casos investigados, dando justicia a las víctimas de estos centros de explotación humana.