Murió en una patera
La dura historia de Yamila: sus padres no pueden enterrarla porque serían deportados a Costa de Marfil
Yamila tenía cinco años cuando fue rescatada en una patera. Murió de camino al hospital. De eso hace dos semanas, pero sus padres aún no han podido venir a España para enterrarla.
Los padres de una niña de cinco años fallecida tras 15 días en una patera hacia las Islas Canarias aún no han podido enterrar a su hija. Al ser migrantes ilegales en Francia necesitarían un permiso especial para no ser deportados al pisar territorio español.
La muerte de la pequeña Yamila se produjo hace dos semanas, cuando un helicóptero del ejército español rescató a la niña en alta mar, a 500 kilómetros de Canarias. Llevaba 15 días en una patera a la deriva junto a 35 personas.
Fue un carguero el que, tras encontrarlos, dio la alerta. Todos los ocupantes del cayuco se encontraban en mal estado de salud, pero la situación de la pequeña Yamila era aún más preocupante.
Finalmente, falleció a bordo el helicóptero camino del hospital. Desde entonces, el cuerpo de Yamilia está en el Instituto de Medicina Legal de Las Palmas de Gran Canaria.
El motivo es que la ley española impide a los padres de Yamila velar el cuerpo de su hija. No han podido enterrarla porque son inmigrantes sin papeles en Francia, y si tratan de venir a España sin papeles se arriesgan a ser enviados al país del que huyeron, Costa de Marfil.
En el caso de que los progenitores lograran entrar en España y posteriormente quisieran regresar a Francia también podrían ser detenidos y devueltos a Costa de Marfil.
La única posibilidad de que puedan acceder a España para enterrarla es un 'salvoconducto' del Gobierno francés. Un permiso especial que, dos semanas después de la muerte de su hija, no ha llegado.
Los trámites burocráticos dificultan que ese permiso llegue algún día y, en caso de que no sea así, la Justicia española deberá decidir si entierra a Yamila en Canarias, sola, sin un último adiós de su familia.
Según un estudio
Más del 70% de los eurodiputados tienen un trabajo paralelo remunerado, acumulando más de 6 millones de euros extra
Según el código de conducta El Parlamento Europeo prohíbe que los eurodiputados hagan lobby remunerado relacionado con las decisiones de la UE, pero un estudio muestra que muchos trabajan para empresas cuyos intereses pueden influir en políticas clave.