Cuidado al elegir los regalos
Estos son algunos de los juguetes más peligrosos del mundo: quemaduras, sustancias tóxicas y explosiones
La lección Un laboratorio para experimentar con reacciones nucleares es solo un ejemplo de cómo, en el pasado, los juguetes peligrosos eran mucho más comunes de lo que se podría imaginar.
En una subasta, un juguete de los años 50 ha alcanzado el precio de 15.718 euros. Este no era un juguete cualquiera: era un laboratorio para experimentar con reacciones nucleares, que incluía una muestra de uranio y otros cuatro minerales radiactivos. Aunque el fabricante aseguraba que no representaba un gran peligro, sí advertía de ciertos riesgos bajos. A pesar de estas advertencias, las ventas fueron limitadas, no por el peligro, sino por el precio.
Este juguete es solo un ejemplo de cómo, en el pasado, los juguetes peligrosos eran mucho más comunes de lo que se podría imaginar. Durante varias décadas, los fabricantes ofrecieron a los niños productos que incluían sustancias químicas o elementos altamente peligrosos. Desde hornos de juguete hasta kits para fabricar muñecos de plomo, los riesgos eran evidentes: quemaduras, inhalación de sustancias tóxicas, y hasta explosiones.
En años más recientes, también se han retirado juguetes peligrosos. Por ejemplo, un juego de CSI que contenía polvo con amianto y otro para hornear que causaba quemaduras al atrapar las manos de los niños en el horno. Aunque no todos los juguetes de antaño fueron tan peligrosos, muchos sí lo fueron, aunque no siempre se percibiera el riesgo de inmediato.
Entre los ejemplos más notorios, destaca la Pistola Mágica Austin, de los años 50, que disparaba agua para crear una llamarada a alta temperatura, lanzando una pelota a varios metros de distancia. El efecto era impresionante, pero el riesgo era evidente por el calor extremo y los químicos involucrados.
Pero el peligro no siempre es tan obvio. Un juguete aparentemente inofensivo, como una muñeca voladora que batía sus alas a alta velocidad, resultó ser una amenaza: varios niños terminaron con dientes rotos, cortes en la cara e incluso lesiones en los ojos debido a la trayectoria impredecible del juguete.
Entre otros juguetes que deberían evitarse se encuentran los dardos de jardín, que, por su diseño, presentan un riesgo de lesiones graves para los más pequeños.