Juntos pero no revueltos

Los gobiernos de Aragón y Murcia dejan al descubierto las tensiones entre PP y Vox ante la amenaza de ruptura de Abascal

Abrazos en Valencia y normalidad en Castilla y León contrastan con cancelaciones en Aragón y discrepancias en Murcia, evidenciando la disparidad de reacciones ante la posible ruptura.

Las relaciones entre el Partido Popular y Vox atraviesan una fase crítica en cinco comunidades autónomas de España. Las amenazas de ruptura lanzadas por Santiago Abascal, líder de Vox, han generado reacciones variadas y tensiones en los gobiernos regionales, donde ambos partidos gobiernan en coalición. Cómo han respondido sus consejeros en el día de hoy sirve para conocer la situación actual.

En Castilla y León, el pacto más veterano y donde Vox ostenta una mayor cuota de poder, el portavoz del gobierno regional afirmó: "Si dependiera de quienes formamos parte del gobierno, a todos nos gustaría continuar". Este jueves, los cuatro consejeros de Vox han acudido con normalidad al Consejo de Gobierno, mostrando una aparente estabilidad. Juntos han aprobado dos presupuestos, con concesiones significativas a Vox, como en el área de tauromaquia, mientras rechazaban todas las enmiendas de la oposición.

En la Comunidad Valenciana, la sintonía se ha mantenido firme. Carlos Mazón y su vicepresidente, Vicente Barrera, de Vox, se han fundido en un abrazo mientras aprobaban la Ley de Concordia, sustituyendo a la de Memoria Democrática. A punto de cumplir un año de gobierno, ambos partidos han reducido partidas destinadas a combatir el cambio climático y promover la igualdad, mostrando una unidad en decisiones polémicas.

Extremadura, donde Vox logró menos influencia, se ha visto a su consejero Ignacio Higuero mantener su agenda con normalidad. La presidenta María Guardiola ha expresado tranquilidad, destacando que están cumpliendo "escrupulosamente" los 60 puntos de su acuerdo de gobierno, a pesar de un inicio reticente y relaciones calificadas como "escasas" en el primer pleno del curso político.

Aragón y Murcia, sin embargo, han sentido el impacto de las tensiones. En Aragón, los dos consejeros de Vox cancelaron toda su agenda institucional, en una comunidad donde gestionan un considerable presupuesto de 746 millones de euros. Las divergencias en inmigración, violencia de género, protestas agrícolas y política del agua han marcado un primer año de gobierno complicado.

En Murcia, el pacto más reciente y dificultoso, el presidente Fernando López Miras, se ha enfrentado a la ausencia de los consejeros de Vox en la reunión del Consejo de Gobierno. A pesar de asegurar que el acuerdo se está cumpliendo punto por punto, la unidad entre los socios parece cada vez más frágil.

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