La primera dama en la política

El impacto de la mujer de Francisco Franco y otras esposas de dictadores en la historia política mundial

Desde la sombra del poder hasta el centro de la controversia: cómo las decisiones y acciones de Carmen Polo y otras mujeres de líderes autoritarios reconfiguraron el panorama político global, marcando un legado de influencia y debate.

En un movimiento que recuerda a tiempos pasados, los icónicos 'Chayopalos' han reaparecido en las calles de Managua. Estos enormes árboles metálicos, cubiertos de luces brillantes, fueron instalados por primera vez en 2013 por orden de Rosario Murillo, la esposa del presidente Daniel Ortega, y rápidamente se convirtieron en un símbolo del poder y la ostentación del régimen.

Sin embargo, su presencia no ha estado exenta de controversia. Durante las protestas de 2018 contra el gobierno de Ortega, los manifestantes derribaron varios de estos árboles como símbolo de su resistencia y descontento. Ahora, bajo la nueva orden de Murillo, los 'Chayopalos' están siendo restaurados, subrayando una vez más la influencia indiscutible de la primera dama en la política y la vida cotidiana de Nicaragua.

El fenómeno de las esposas de dictadores no es nuevo en la historia política mundial. Carmen Polo, la esposa de Francisco Franco, insistió en que Arias Navarro fuera nombrado presidente del Gobierno. Además, se dice que su aparición por joyerías y anticuarios asustaba, ya que se llevaba todo lo que quería sin pagar.

Se dice que Lucía Hiriart, mujer del chileno Pinochet, cuando se estaba tramando el golpe contra Salvador Allende y Pinochet dudada si unirse, ella se llevó al cuarto donde dormían sus hijos y le envenenó diciéndole: "caerán bajo la tiranía comunista porque no te atreves a actuar".

Elena Ceaușescu, esposa de Nicolás Ceauçescu, no solo ascendió a la viceprimera ministra de Rumanía, sino que cuando su marido es líder del Partido Comunista, ella también se integró en la élite del partido. Por lo tanto, se convierten en una sola persona y termina siendo condenada a muerte como su marido con el fin de la dictadura.

El acceso a la educación ha sido un privilegio aprovechado por algunas de estas mujeres. Grace Mugabe, por ejemplo, no tenía interés en la política hasta que pensó en suceder a su marido, para ello se matriculó en la universidad y en dos meses se sacó la carrera y el doctorado.

El gusto por el lujo y el exceso también es un denominador común. Grace Mugabe era conocida como 'Gucci Grace' por su afición al lujo. Lucía Hiriart, la de Pinochet, se fue haciendo con terrenos, pisos y dinero durante el mandato de su marido. Pero el ejemplo del lujo, de sacar dinero del país es Imelda Marcos, la esposa del filipino Ferdinand Marcos, llegó a poseer 2.700 pares de zapatos.

Sin embargo, el poder y la influencia de estas mujeres a menudo llegan a su fin abruptamente con la muerte de sus esposos. En España, por ejemplo, a la mujer de Francisco Franco no se le juzgó, ni se le exilió, ni se le expropiaron sus propiedades, pero la segunda esposa de Mao Zedong fue condenada a muerte, aunque nunca llegaron a ejecutarla

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