Doble rasero
El juego de contradicciones del PP: defienden la Constitución mientras cambian las normas del Senado y condenan la violencia insultado a Sánchez
En medio de la retórica que proclama el PP sobre el "espíritu de la transición", las contradicciones salen a la luz. Desde llamar "hijo de puta" al presidente del Gobierno hasta realizar señalamientos detallados a diputados socialistas en Twitter, la conducta del PP parece distar de la coherencia y respeto que se espera en un periodo de transición.
Tras la autoproclamada defensa del "espíritu de la transición" por parte del PP, las recientes manifestaciones y actuaciones han sembrado dudas sobre la autenticidad de este compromiso. Las descalificaciones directas o las ingeniosas insinuaciones acerca del insulto de Ayuso a Sánchez o la singular práctica de señalar públicamente a diputados socialistas desde cuentas institucionales provocan que se cuestione la coherencia del PP.
En sus redes sociales, los populares han lanzado una campaña que señala con nombres y apellidos a diputados socialistas que votaron a favor de Pedro Sánchez. El hashtag #TodoPorLaSilla revela la estrategia de señalamiento directo, mientras Feijóo, en un aparente gesto de condena, advierte sobre la amenaza para la democracia. En el mismo día, el diputado socialista Herminio Sancho ha sido atacado con huevos, evidenciando la tensión que rodea al Congreso. Ayuso, condenando el ataque, simultáneamente admite haber insultado al presidente del Gobierno desde la tribuna.
El PP, en un juego de contradicciones, condena los actos violentos mientras utiliza un vocabulario agresivo. Esta dualidad se refleja en la figura de Feijóo, quien alerta sobre la amenaza a la democracia pero vota en contra de Sánchez, revelando un discurso y una acción divergentes.
De hecho, con su mayoría en el Senado, modifica el reglamento para dilatar la aprobación de la ley de amnistía hasta dos meses. Una maniobra que ya en otras ocasiones el Tribunal Constitucional ha catalogado como anticonstitucional, tanto como la parálisis que sufre el Consejo General del Poder Judicial desde hace casi cinco años.
Sin embargo, el PP sigue abogando por la defensa de la Constitución, mientras sus acciones revelan un juego político que desafía los principios democráticos. En medio de contradicciones internas, la convivencia y el respeto parecen verse comprometidos en el espíritu de la transición que el PP pregona. En un escenario político marcado por la polarización y la confrontación, el doble juego del PP plantea interrogantes sobre la coherencia y la transparencia en su acción.
Contradicción y la falta de pruebas
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