Más de 200 plantas cambian de nombre por considerarse racistas o despectivos

Anophthalmus hitleri es el nombre de un escarabajo que se llama así en honor a Adolf Hitler, pero no es el único animal con nombre de dictador, Hypopta Mussolini es el nombre de una mariposa. Hace muy poco una polilla fue bautizada como Donald Trump porque un científico le encontró cierto parecido.

Cambiar el nombre de una especie es muy raro, en botánica nunca se había hecho hasta esta semana, en la que 200 plantas cuyo nombre está relacionado con la palabra "caffra" van a cambiar de nombre, ¿por qué? En Sudáfrica, "caffra" es un término despectivo dirigido hacia las personas negras, por eso han pedido que se cambie.

Esto se ha aprobado en el Congreso Internacional de Botánica de Madrid, que reúne a 3.000 científicos de todo el mundo. Este congreso, que se celebra cada seis años, ha dado luz verde al Código Madrid, un conjunto de directrices que impedirán que cualquier nueva planta, alga u hongo sea nombrada con términos peyorativos hacia cualquier grupo de personas.

Se trata de un hecho histórico, es la primera vez, desde que Linneo le puso nombre a las plantas y animales, que se cambian las normas en un campo que seguía con un mismo funcionamiento desde el siglo XVIII. Ahora las plantas que en su nombre lleven el término "caffra" serán rebautizadas, eliminando la 'c' inicial y cambiándola por "affra", en alusión al continente africano.

Sin embargo, esta reforma normativa tiene sus limitaciones. Aunque el nuevo código evitará nombres ofensivos en nuevas especies, no se aplicará retroactivamente. Así, nombres históricos, incluso aquellos con connotaciones escandalosas como la Hibbertia scandens, que debe su nombre al comerciante de esclavos George Herbert, permanecerá sin cambios.

La razón principal para no cambiar nombres ya establecidos es la estabilidad taxonómica. Actualmente, hay aproximadamente un millón y medio de especies nombradas, de las cuales el 20% honra a alguna persona. Revisar y potencialmente cambiar 300.000 nombres sería una tarea monumental y podría generar confusión entre los investigadores, quienes podrían erróneamente identificar las especies renombradas como nuevas.