Más de 50 años bajo la dictadura
El oscuro legado del régimen de Al Asad: el mayor arsenal de armas químicas del mundo
¿Cuáles son? Siria poseía un arsenal de armas químicas, incluyendo gas sarín y mostaza. Aunque gran parte fue destruido tras un acuerdo en 2013, se cree que aún existen restos.
Siria, tras más de 50 años bajo la dictadura de la familia Al Asad y un conflicto que ha dejado millones de muertos y desplazados, se enfrenta a un futuro incierto. Aun con las cicatrices de 13 años de guerra civil, el país vive ahora los días más convulsos de una historia ya marcada por la violencia y la represión. En medio de este caos, un tema ha cobrado relevancia: el destino de las armas químicas que el régimen de Bashar al Asad almacenaba.
Siria poseía, hasta hace poco, uno de los mayores arsenales de armas químicas del mundo. El régimen de Al Asad tenía la capacidad de lanzar agentes tóxicos y venenosos a gran escala, utilizando misiles balísticos, cohetes de artillería y bombas aéreas. Las autoridades internacionales, incluida la ONU, identificaron el uso de gas sarín, un agente nervioso altamente tóxico que interrumpe las señales entre las neuronas y los músculos, causando parálisis y, en muchos casos, la muerte. Este gas fue utilizado contra civiles, lo que generó condenas internacionales y llevó a la destrucción parcial de las existencias de armas químicas de Siria.
Además del sarín, el régimen también produjo gas mostaza, un agente químico que provoca quemaduras graves en la piel, ojos y pulmones. Aunque en 2013 se alcanzó un acuerdo para desmantelar gran parte de este arsenal bajo la supervisión de la ONU, la pregunta sigue siendo: ¿qué ha quedado de estos armamentos? Los informes sugieren que aún existen restos de armas químicas en algunas zonas de Siria, y su posible reactivación o uso en el futuro es una grave preocupación para la comunidad internacional.