'La Batalla de Florencia'
El partido entre España e Italia en el Mundial de 1934, el primer gran robo fascista en los mundiales
'La Batalla de Florencia' reveló las sombras tácticas del fascismo italiano en el Mundial de 1934 y la resistencia de una selección española víctima de polémicas arbitrales y violencia desmedida, resultado en un capítulo vergonzoso que resonó en la conciencia del deporte internacional.
Este viernes se conmemora el aniversario de un evento que trascendió los límites del deporte para convertirse en un episodio oscuro en la historia del fútbol de selecciones: 'La Batalla de Florencia'. Lo que aparentemente era un partido de fútbol entre Italia y España en 1934, se convirtió en un enfrentamiento entre el fascismo de Benito Mussolini y la Democracia, encarnada en una convulsa II República española, cuyo presidente era Niceto Alcalá Zamora.
El régimen de Mussolini, ávido por demostrar la superioridad del fascismo, manipuló el Mundial de fútbol de 1934, controlando a los árbitros y nacionalizando ilegalmente jugadores extranjeros para fortalecer su selección. En un ambiente marcado por la violencia y las decisiones arbitrales parciales, España se enfrentó a Italia en un partido lleno de polémicas.
El partido arrancó bien para España, con un gol del madridista Luis Regueiro Pagola, pero en la segunda parte, el italiano Giovanni Ferrari, tras una clarísima falta sobre el portero español, Ricardo Zamora, apodado 'el Divino', puso el empate. El resto del partido fue un festival de patadas, hasta tal punto que siete jugadores españoles y cuatro italianos terminaron lesionados. La influencia política se hizo evidente cuando el árbitro belga Baert anuló un gol a España y el partido terminó en empate.
Al día siguiente se jugó un partido de desempate -pues en ese momento no existían las tandas de penaltis-. El segundo encuentro estuvo marcado por la ausencia de siete jugadores españoles, incluyendo a su estrella, Ricardo Zamora, quien tenía dos costillas rotas. A pesar de las adversidades, España estuvo a punto de ganar, pero dos goles legítimos fueron anulados por decisiones arbitrales cuestionables. En la grada estaba Mussolini y la leyenda dice que los colegiados le miraban antes de tomar las decisiones importantes.
El escándalo resultante llevó a la expulsión del árbitro belga Mercet del arbitraje a sus 35 años de edad. En España, se organizó una colecta para comprar una medalla para cada jugador español como muestra de apoyo y solidaridad. 'La Batalla de Florencia' dejó claro que en el fútbol, como en la vida, no todo vale, y resonó como un episodio vergonzoso en la historia del deporte internacional.
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