Cuenta con un escudo local en Moscú

¿Pueden los escudos antimisíles nucleares europeos detener un posible ataque nuclear de Rusia?

¿Cómo te afecta? Un nuevo episodio en la invasión de Ucrania ha reavivado el temor a una guerra nuclear, pero a pesar de los avances tecnológicos, los sistemas antimísiles actuales tienen serias limitaciones para interceptar misiles nucleares.

La situación en Ucrania ha alcanzado un nuevo nivel de tensión tras el ataque a territorio ruso con misiles británicos. Apenas 24 horas después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, firmara la autorización para responder a estos ataques con armas nucleares, las expectativas de una respuesta inmediata aumentan.

Por su parte, Estados Unidos ha mantenido su postura de apoyo a Ucrania, aprobando una nueva ayuda militar de 275 millones de dólares. Esta asistencia incluirá munición y equipos de protección nuclear, en un esfuerzo por fortalecer las capacidades defensivas ucranianas frente a la amenaza rusa. Además, varios países europeos, entre ellos España, Grecia e Italia, han cerrado sus embajadas en Kyiv, ante la posibilidad de un ataque aéreo sobre la capital ucraniana.

Este nuevo episodio en la invasión de Ucrania ha reavivado el temor a una guerra nuclear, una amenaza que ha estado presente desde el inicio del conflicto. La pregunta que surge ahora es si existen escudos antimísiles nucleares que puedan detener un ataque nuclear de Rusia.

¿Existen escudos antimísiles nucleares?

La respuesta es no. A pesar de lo que se ve en las películas, no existe un sistema que pueda destruir una bomba nuclear de forma eficaz. Los misiles, aunque muy sofisticados, son como flechas cuya punta puede ser química, nuclear, o convencional. Los escudos antimísiles disponibles actualmente, como los de Estados Unidos, Europa e Israel, están diseñados para interceptar misiles balísticos, pero la probabilidad de éxito contra un misil nuclear es inferior al 50%.

El principal desafío para estos sistemas de defensa es la velocidad con la que se desplazan los misiles nucleares y el hecho de que suelen ser acompañados por señuelos, lo que dificulta su identificación y neutralización. En el caso de que un escudo antimísil logre interceptar una cabeza nuclear, se pueden presentar dos escenarios posibles.

El primer escenario: si el misil es interceptado sin detonar, la carga nuclear caerá sobre el suelo, generando una zona radiactiva peligrosa. El segundo escenario: si el misil detona, se generaría un pulso electromagnético (EMP), que podría inutilizar todos los dispositivos electrónicos en un radio amplio, dependiendo de la altitud a la que se produzca la detonación. Si la interceptación ocurre a baja altura, se podría desencadenar una lluvia radiactiva, acompañada de un EMP de menor intensidad.

En este contexto, los escudos antimísiles más potentes del mundo se encuentran en Estados Unidos y Europa. En Rusia, según expertos, el sistema de defensa más avanzado es vulnerable, ya que solo cuentan con un escudo local en Moscú.