¿Qué es Sumar? De movimiento ciudadano a una coalición con cinco ministros de cuatro partidos diferentes

Un terremoto ha sacudido a la izquierda. El líder de Izquierda Unida ha pedido públicamente una reorganización de Sumar. Esto se debe a que Sumar no es un partido al uso; es muchas cosas: un partido, un grupo y una coalición. Es, en realidad, muchos partidos en uno, lo que complica y condiciona cada decisión.

Sumar comenzó como una plataforma ciudadana de "escucha", lo que dio origen a su nombre, 'Movimiento Sumar', antes de convertirse en partido. Esta es la primera de sus condiciones: actualmente, la formación está en horas bajas y es liderada por una gestora. El movimiento fue presentado en sociedad en 2022 con algunas de sus futuras caras y apoyos externos. El adelanto electoral de las generales de 2023 obligó a su impulsora a negociar, en el último momento, con casi una veintena de fuerzas de izquierda para registrar la coalición que finalmente concurrió a las elecciones.

En este proceso, el 'Movimiento' quedó relegado y se consolidó como 'Sumar', un conglomerado de 15 partidos que logró 31 diputados, menos que las izquierdas en los anteriores comicios, pero suficiente para revalidar el Gobierno de coalición. Con el tiempo, la composición de la coalición ha ido alterándose y hoy muchas de esas formaciones ya no están en la alianza debido a choques o divergencias internas. Tras estas salidas, el grupo parlamentario de Sumar cuenta hoy con 27 diputados en el Congreso.

Sin embargo, no corrieron la misma suerte en las elecciones gallegas, vascas, catalanas o europeas, y ese fue el resultado. Actualmente, Yolanda Díaz sigue liderando el grupo parlamentario, pero el partido (el 'movimiento') está descabezado.

Lo que refleja estas cuotas de poder que ahora reclaman partidos como Izquierda Unida —empezando por el relevo de Íñigo Errejón como portavoz— es el 'sumar' como coalición de Gobierno, que cuenta con cinco ministros de cuatro partidos distintos. Así que Sumar se enfrenta a numerosos retos en su próxima asamblea en diciembre: rearmarse como partido, recuperar un liderazgo orgánico y, sobre todo, redefinir sus objetivos como un complicadísimo paraguas de izquierdas.