Miles de vecinos afectados

La realidad 30 días después de la DANA: las alcantarillas no tragan, el barro 'inunda' las calles y el olor crece

¿Qué podemos esperar? Sin un plan claro por parte de las autoridades, los vecinos enfrentan una recuperación incierta marcada por la falta de ayuda, el deterioro de infraestructuras y el creciente riesgo sanitario, mientras temen que la situación empeore.

Un mes después de las lluvias torrenciales y las inundaciones provocadas por la DANA que arrasaron varias localidades de la Comunitat Valenciana, los vecinos se enfrentan a una dura realidad: la falta de ayuda y el olvido por parte de las autoridades. Ante la situación de emergencia, son los propios habitantes quienes se están organizando para limpiar y recuperar sus barrios, recurriendo a sus propios recursos y dinero.

"Cada día que abrimos los ojos, no vemos barro, pero vemos polvo, y vemos que las alcantarillas no tragan. Las casas que antes tragaban han dejado de hacerlo, y la mierda de la calle está regresando a las viviendas", denuncia una vecina, visiblemente afectada por las condiciones insostenibles en las que viven. La situación es aún más grave en las calles y aparcamientos, donde el lodo cubre vehículos y espacios públicos, mientras muchos vecinos no saben cómo enfrentarse a una crisis que parece interminable.

"Los parkings están llenos de lodo y de coches. ¿Cómo lo hacemos? No lo sabemos. Hay mucha gente que ha tenido que abandonar sus casas, que está en hostales, y no hay pisos para alquilar. La situación es muy mala", explica otra vecina, que subraya las dificultades de aquellos que han perdido sus viviendas y no encuentran refugio en la comunidad.

A pesar de los esfuerzos de los vecinos, los problemas persisten: la falta de electricidad sigue afectando a muchas casas, las alcantarillas están abiertas y las zanjas siguen sin ser reparadas. Además, el olor a descomposición se intensifica con el paso de los días, afectando tanto a la salud pública como al bienestar de los residentes. "Cada vez huele más, y en las casas se nota", comenta otro vecino, preocupado por los riesgos sanitarios.

Mientras tanto, la indignación crece entre la población, que teme ser olvidada por las autoridades. A pesar de la magnitud de los daños, la respuesta institucional sigue siendo insuficiente. Los vecinos exigen ayuda urgente, tanto para la limpieza de las calles como para la reparación de los servicios básicos, y temen que la tragedia quede en el olvido si no se actúa de inmediato.