Según el Consejo de Seguridad Nuclear
Las seis zonas contaminadas por radiactividad en España: Tarragona, Toledo, Madrid, Murcia, Huelva y Almería
¿Es peligroso? Según informes de Greenpeace y la Sociedad Española de Protección Radiológica, los niveles de radioactividad en estos suelos son bajos, pero el peligro continúa.
La radioactividad en España es un tema menos visible de lo que parece, aunque sus vestigios aún persisten en varias zonas del país. A pesar de que la información oficial sobre el número exacto de suelos contaminados sigue siendo incierta, se sabe que existen al menos seis áreas identificadas por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) como afectadas por radiactividad. Algunas de estas zonas han estado bajo vigilancia durante décadas, desde el accidente ocurrido en 1966 en Palomares, donde un choque entre aviones estadounidenses liberó plutonio al suelo.
En esa fecha, el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, trató de minimizar la gravedad del suceso al bañarse en el mar en un acto de propaganda para mostrar que no había radiactividad en la zona. Sin embargo, el impacto de las bombas nucleares, que no explotaron, pero liberaron plutonio al caer al suelo, dejó una huella radiactiva que persiste hasta hoy.
Aunque el riesgo de muerte por la radiactividad en estas áreas es bajo, el peligro sigue latente. Según informes de Greenpeace y la Sociedad Española de Protección Radiológica, los niveles de radioactividad en estos suelos son bajos, pero su vigilancia continúa siendo crucial. Las zonas más problemáticas incluyen:
- Elix (Cataluña): contaminada por una fábrica química de Ercros.
- Toledo y Madrid: afectadas por un vertido del Centro Nacional de Investigación Nuclear.
- El Hondón (Alicante): por de las actividades de antiguas fábricas de fertilizantes.
- Huelva: por la contaminación por residuos de la planta de Fertiberia y cenizas contaminadas de un incendio.
Aunque la radiactividad en estos lugares no representa un gran riesgo para la salud, es esencial evitar disturbios en estos suelos y controlar posibles filtraciones a las aguas subterráneas o al aire. Especialmente preocupante es el caso de Palomares, donde la dispersión de plutonio aún plantea riesgos mayores debido a la alta toxicidad de este elemento.
Curiosamente, no se incluyen en el inventario del CSN las centrales nucleares activas o clausuradas, ni los almacenes de residuos nucleares, ya que su radiactividad está controlada y protegida por moles de hormigón.
La falta de un inventario oficial y exhaustivo de suelos contaminados radiológicamente ha sido objeto de debate. La administración podría plantear un estudio detallado para determinar posibles usos para estos terrenos, a pesar de las complejidades y costos que supondría la limpieza total de algunas zonas.