¿Qué supondría?

Trabajar menos por el mismo sueldo: los posibles efectos de una jornada laboral de 36 horas semanales

Según Sumar, la propuesta de Yolanda Díaz sobre reducir la jornada laboral es lo que está dificultando unas negociaciones con el PSOE que parecían encarriladas. ¿Cómo ha funcionado en otros sitios en los que han probado esta reducción?

La propuesta lanzada desde Sumar de reducir la jornada laboral a 36 horas semanales está siendo objeto de debate y motivo por el que las negociaciones por la investidura parecen haberse parado. En España, hay empresas que ya lo han probado, un modelo que genera controversia.

¿Pero cómo han funcionado estas iniciativas en otros lugares? En 2024, se establecerá por ley una jornada laboral máxima de 37,5 horas y se abrirá un proceso de diálogo social para seguir reduciendo la jornada hasta alcanzar las 32 horas semanales. Esto se ha convertido en una realidad en España, con la implementación exitosa de la jornada de 36 horas en 41 empresas de 13 comunidades autónomas. Las pequeñas y medianas empresas del sector industrial lideran el camino, permitiendo a los empleados disfrutar de al menos medio día libre a la semana sin reducción salarial.

El Ayuntamiento de Valencia también se ha unido a esta tendencia, experimentando con la reducción de la jornada laboral entre el 10 de abril y el 7 de mayo de 2023, involucrando a 360.000 personas. Los resultados son notables, con mejoras en la salud de los trabajadores y un impacto positivo en la industria de la hostelería, aunque con desafíos en el sector minorista y en las urgencias médicas.

En un contexto internacional, el éxito de un estudio británico destaca, donde se probó una jornada laboral de cuatro días a la semana manteniendo el mismo sueldo. De las 61 empresas que lo implementaron, 56 lo prorrogaron y 18 lo mantuvieron como parte de su política laboral. Esto demostró menos absentismo y una mayor productividad, aunque surgen preocupaciones para las empresas más pequeñas.

Además de España y el Reino Unido, otros países ya están considerando la reducción de la jornada laboral. Islandia, con su modelo 100-80-100, logra una tasa de participación del 90% de la población. En Bélgica, la reducción de la jornada laboral es voluntaria, manteniendo las mismas horas, lo que abre la puerta a nuevas posibilidades en todo el mundo.

El futuro del trabajo se vislumbra con un enfoque más equilibrado y saludable para los empleados, mientras se continúa explorando su viabilidad en un contexto global.

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