Entrevista en Liarla Pardo
El enfado de Karlos Arguiñano con los políticos: "Son unos zoquetes; si no se unen en una pandemia, ¿cuándo lo van a hacer?"
El cocinero se ha mostrado indignado en Liarla Pardo con el comportamiento que han tenido los políticos durante la pandemia y ha criticado que "se suben el sueldo solo a ellos y cobran siempre".
Karlos Arguiñano ha mostrado su enfado por la actitud de los políticos durante la pandemia en Liarla Pardo. Son unos zoquetes. Si no te unes en este caso, ¿cuándo te vas a unir? Están para dirigir un país, pero si no controlan lo suyo, ¿cómo van a dirigir un país?", ha manifestado el cocinero español.
El cocinero español ha ironizado sobre los líderes políticos, de quienes ha dicho que "lo hacen todo bien de toda la vida" y "lo han hecho muy bien con el coronavirus; son estupendos". "Son los grandes del mundo; ellos cobran siempre, son listos de cojones; hasta cuando se retiran siguen cobrando. Lo tienen muy bien organizado", ha criticado.
Así, Arguiñano ha recordado una anécdota de su padre, taxista, que "siempre decía que no le importaba que los políticos se subieran el sueldo, pero que le subieran a él lo mismo". "Y tenía razón, se suben el sueldo solo ellos".
En la misma línea, el cocinero ha lamentado que "a los políticos los vamos a sufrir toda la vida y a todo lo que hay alrededor". "Hay algunos políticos muy zoquetes, que yo no sé cómo han llegado a ese sitio. Hay algunos que no han trabajado nunca, que no tienen estudios, que hacen cosas muy raras, alguno se lleva la tela...", ha afirmado, añadiendo que ni cuando se equivocan se van. "
"Es un tema que me entristece mucho. Todos tienen verborrea. La culpa siempre es del otro, la piedra está en el tejado del otro. Si hay alguien que se ha caído al río, ¿se tiran solo los de derechas o solo los de izquierdas o se tiran todos a sacarle? Se tendrían que tirar todos", ha expresado Karlos Arguiñano
Lugar marcado por el horror
Así es la cárcel de Saydnaya, conocida como el matadero humano del régimen de Al-Asad
La cárcel se encuentra a unos 30 kilómetros de Damasco. Según varias organizaciones, podrían haber muerto más de 30.000 personas aquí. Los presos vivían en condiciones insalubres y hacinados en celdas.