BEATRIZ CANO, RESIDENTE EN UN CENTRO DE MAYORES
Una residente de un centro de mayores se derrumba al recordar el confinamiento: "Ha sido como una película de terror"
"He llorado con los familiares y conmigo misma como jamás en mi vida", destaca Beatriz Cano al recordar cómo el coronavirus ha terminado con la vida de 42 de los 155 mayores que vivían con ella en un centro: "Caían como moscas, han muerto en soledad y desatendidos".
La polémica en torno a la gestión de las residencias de ancianos no para de crecer. Familiares y los propios residentes siguen denunciando el trato recibido y el hecho de que a muchos ancianos no se les trasladara a los hospitales.
Así lo denuncia Carmen Aguilera. Su madre murió en la residencia de ancianos en la que vivía, pero ella ni siquiera supo que estaba enferma. "Me han matado las circunstancias tan fuertes en las que se ha dado su muerte", destaca Carmen, que recuerda cómo se enteró del fallecimiento de su madre en una residencia de Madrid duramente golpeada por el coronavirus.
"Me llamó una enfermera diciendo que había entrado en el turno y se había encontrado a mi madre muerta", resalta Carmen, que recuerda que ni siquiera sabía que estaba enferma. "Saber que no podía trasladarlos a los hospitales público, yo la hubiera trasladado a uno privado", explica Carmen.
"De 220 admiten por primera vez 80 fallecimientos, pero nosotros tenemos el grupo de Whatsapp de los familiares y contabilizamos más", afirma Carmena, que explica que en esa residencia han llegado a pedir a los familiares autorización escrita para dejar morir en el centro a residentes rechazados por el hospital.
Así consta en las acta de Inspección de la Policía Local, donde la directora manifiesta que familiares de, al menos, seis residentes la habían firmado. "Conozco a una persona que a través del correo electrónico le dijeron que especificara que no quería que trasladaran a su familiar al hospital y que muriera en la residencia", señala Carmen.
Por otro lado, Beatriz Cano cuenta cómo está viviendo el encierro de más de 100 días en su residencia, donde han fallecido 42 de 155 mayores. "Gente con la que llevas conviviendo 10 años y, de repente, no están", lamenta Beatriz, que recuerda que "caían como moscas".
Desde su habitación, en la que sigue confinada sin poder salir, ha visto cómo a otros residentes de les ha negado la atención hospitalaria siguiéndose estrictos protocolos. "Aquí han muerto dos compañeros de soledad, desatendidos y les da igual", critica Beatriz, que recuerda que tanto ella como sus compañeros "con edad o sin edad pagan impuestos como todos los ciudadanos": "Somos ciudadanos tan de primera como el resto".
"¿Si no pago el recargo voluntario de la residencia el trato a mi madre va a ser peor?"
Por otro lado, Susana, familiar de otro residente de un centro de mayores afirma que la residencia le pide un recargo voluntario de 85 euros para sufragar los gastos provocados por el coronavirus.
Rubén Sánchez, portavoz de Facua, asegura que "lo de voluntario es un decir", y ha lanzado una pregunta a partir de esta afirmación: "Y si no pago eso que dicen que es voluntario, ¿Cómo van a tratar a mi padre o a mi padre?
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La Vicepresidenta del Círculo Empresarial de Atención a Personas recuerda en este vídeo cómo fueron los días más duros en las residencias, de finales de marzo a principios de abril. Habla de "caos" en esos días en los que luchaba "para que alguien no se muriera" y destaca que han hecho lo que han podido.
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