Temor a la guerra híbrida
Así se prepara un español en Finlandia ante creciente tensión en la frontera con Rusia: "Los almacenes de los ciudadanos están llenos"
Daniel Comas ha conectado con Más Vale Tarde para relatar cómo se vive en el país ante la amenaza "no tanto de una guerra nuclear, sino de una guerra de tipo híbrido".
Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca han distribudio entre sus ciudadanos documentos con instrucciones ante un cataclismo nuclear en vistas de la tensión en el conflicto de Rusia con Ucrania, pero también con la OTAN. Daniel Comas es un español que vive Finlandia desde hace una década junto a su mujer y sus dos hijos. Este jueves ha conectado en Más Vale Tarde y ha relatado cómo se vive en el país ante la amenaza "no tanto de una guerra nuclear, sino de una guerra de tipo híbrido".
Este tipo de conflicto, explica Comas preocupa "en el sentido de que haya cortes de luz o ataques cibernéticos (...) a elementos básicos de subsistencia". Eso sí, destaca que "una vez que hemos entrado en la OTAN, nos encontramos relativamente protegidos por el escudo" de la alianza alántica. Un escudo que no exige de sentir temor a "los ataques de la zona gris como son cortes de luz o suministros". En cambio, confiesa sí sentir mayor preocupación ante situaciones "extrañas que se pueden entender como sabotajes o como accidentes"
Un temor, a su vez, que al que "las generaciones antiguas están acostumbradas" y que a lo largo de la historia se ha convertido en "respeto al gigante ruso". "En ese sentido la gente está relativamente preparada" por lo que "las recomendaciones que se van dando los ciudadanos las van siguiendo". En esa línea, destaca que Finlandia es uno de los "países del mundo con más refugios nucleares". Lo cual, en cambio, no provoca que se vacíen las baldas de los supermercados, porque "también están llenos los almacenes de los ciudadanos".
Unos espacios que Daniel también tiene en su casa. En él, ha asegurado a Más Vale Tarde, su familia cuenta con "radios que funionan con pilas o incluo manualmente", pero también "bidones de gasoil de emergencia para el vehículo", así como "una bomba de agua propia". Asimismo, relata que cuenta con un "almacén resistente a un ataque importante de cemento y hormigón donde podrían pasar unos pocos días", ya que también cuentan con "comida almacenada en latas". Unas provisiones que además, detalla, se van "recambiando".
Uno de los imprescindibles en estos refugios son las pastillas de yodo, que admite "nunca" pensó en utilizar. Estos 'medicamentos' protegen al que se las toma de "la radiación radiactiva ante un ataque nuclear", a la hora de "evitar cánceres y otro tipo de malestar". Eso sí, admite saber "cuándo" se las tiene "que tomar pero no muy bien cómo funcionan".