TRAS LA TRAGEDIA DE ZARAGOZA

¿Cómo es el trabajo de los negociadores de la Policía?

Saber mantener una larga conversación, y de cualquier tipo, tener una amplia cultura y una psicología especial para enfrentarse a ese tipo de casos y, sobre todo, mucha paciencia para conseguir llevar a cabo la operación con éxito. Estas son algunas de las reglas que tienen que seguir los miembros de esta unidad especializada de la Policía destinada a salvar vidas en situaciones críticas.

¿Cómo trabajan las personas especializadas a la hora de negociar el rescate de las personas o para salvar la vida de alguien que quiere suicidarse? No es la primera vez que la policía se enfrenta a una persona atrincherada.

Esta es una situación de completa tensión, una negociación a contrarreloj en la que lo que está en juego es una vida humana, o más de una si hay rehenes. Es en este momento cuando comienza el trabajo de los negociadores. "Nosotros nos comunicamos con esas personas para averguar qué les ha llevado a esa situación de crisis", señala un experto.

Para ello, comienzan por asesorar a los agentes que están en la escena. Les auxilian sobre lo que tienen que decir y cómo actuar hasta que los profesionales de la conversación llegan al lugar indicado.

Finalmente, pasan a la acción. "La negociación es, realmente, un trueque. Si al principio hemos aislado y controlado el lugar donde está atrincherado el secuestrador, llegará un momento en el que las necesidades básicas van a surgir. Esto lo utilizamos para el intercambio de productos por personas", dice un miembro de esta unidad especializada.

Es en el año 1995, con un sonado crimen, cuando se ve como necesaria la creación de una unidad especializada en las negociaciones para el rescate y la salvación de personas.

Según dicen los expertos, el secuestro de Anabel Segura marca un antes y un después. A partir de entonces, se empieza a hablar de especialización policial en este ámbito.

Según dicen, el perfil de negociador tiene que correspnder al de un funcionario con experiencia policial. También debe tener una cultura amplia, y no específica.

Asimismo, debe ser capaz de mantener conversaciones duraderas sobre cualquier tipo de tema con su interlocutor. Finalmente, debe tener una psicología especial para enfrentarse a estas situaciones.

Casos como el vivido el pasado martes en Zaragoza demuestran que la intervención de los negociadores no siempre se salda con éxito. Sin embargo, la mayoría suelen acabar con una gratificante recompensa.

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