Comienza el juicio
Los cuatro años de suplicio de una guardia civil que fue violada sistemáticamente, maltratada y obligada a abortar por su superior
La víctima fue violada tantas veces, que ha perdido la cuenta. El Tribunal Militar Territorial Primero de Madrid ha celebrado este martes un juicio militar contra el sargento, quien está acusado de abuso de autoridad, trato degradante y delitos sexuales.
El Tribunal Militar Territorial Primero de Madrid ha celebrado este martes un juicio militar en el que será juzgado un sargento de la Guardia Civil por delitos de violación, agresión sexual, lesiones graves, maltrato y abuso de autoridad contra una compañera subalterna, en unos hechos que ocurrieron en un cuartel en Molina de Segura, la Región de Murcia.
La víctima sufrió una situación de violación y abuso entre los años 2011 y 2016, y ha llegado ahora a los tribunales: casi siete años después. La guardia civil, de 52 años, vivió cuatro años de suplicio cuando un sargento la maltrató y violó sistemáticamente tantas veces que ella ha perdido la cuenta. Además, la obligó a abortar.
Todo sucede después de que terminara una breve relación sentimental que tuvieron. Él decidió cortar esa relación porque su mujer se había quedado embarazada y después quiso volver. Ella se negó y él empezó a llamarla hasta 50 veces al día, a abusar de su autoridad y ahí fue cuando comenzó a violarla tanto en el puesto de trabajo como en su casa.
El auto del juez recoge las violaciones a las que se sometió la guardia civil, y en una de ellas "tras concluir, se subió los pantalones y le dijo: '¿Ves?, no pasa nada'". En otra, iban los dos en un coche, él "sujetó su cabeza para obligarla a hacerle una felación. Ante la resistencia de ella, le golpeó la cabeza con el volante y le mordió el cuello".
Graves secuelas
Tras las múltiples violaciones, ella se quedó embarazada. Cuando se enteró él, le contestó: "Saca esto de ahí. Tú no me vas a joder la vida", al tiempo que le sujetaba contra la pared llegándole a dar un golpe en la barriga. Finalmente, ella terminó abortando.
Las secuelas que le ha dejado todo esto a la víctima son terribles. Ella está de baja desde marzo de 2015, y denunció en 2016 hasta entonces no se atrevía por el miedo. Mientras, él mantiene su empleo ya que no fue expulsado del Cuerpo. Ella tiene estrés postraumático, depresión y grave deterioro físico y mental.
Su agresor está acusado de abuso de autoridad, trato degradante e inhumano, delito contra la libertad sexual, lesiones psíquicas graves y maltrato de obra. El fiscal le pide 15 años y la defensa de la víctima solicita 20 años de cárcel. Este martes, ante un tribunal militar, el sargenteo ha declarado que esas relaciones fueron consentidas y, sobre el aborto, aseguró que el hijo no es suyo.