Analiza el caso de las niñas desaparecidas
El psiquiatra forense José Cabrera describe a Tomás Gimeno: "Es un hombre agresivo, impulsivo, primitivo; un desgraciado"
Cabrera ha señalado que en este caso se ha impuesto "la pura maldad, el odio y el rencor" y cree que el "gran mérito social" del hombre que secuestró a sus hijas Anna y Olivia era ir con "sus amigos tomar unas cañas y a meterse algo de droga".
A pesar del tiempo que podría haber pasado en el fondo marino Olivia, la mayor de las hermanas desaparecidas de Tenerife y cuyo cuerpo sin vida ha sido hallado este jueves, la autopsia puede ser capaz de revelar si la drogaron antes de morir. Así lo ha afirmado el psiquiatra forense José Cabrera en Más Vale Tarde, señalando que "a esas profundidades -el cadáver fue encontrado a 1.000 metros de profundidad- hay dos grados de temperatura, una gran presión y una salinidad que hacen que un cuerpo aguante y se conserve bien".
"De hecho, han detectado las huellas dactilares íntegras", ha remarcado Cabrera, que ha puntualizado que "la analítica que se va a hacer en líquidos y vísceras va a ser determinante", y que se cuenta actualmente con la "maquinaria suficiente para saber si le suministraron algo a la niña". Pero ¿es este el caso de un loco o una persona sana que ha querido llevar a cabo una tremenda venganza? El psiquiatra lo tiene claro: "Hay que acabar con esta historia de locos y enfermos mentales".
"Esta gente que padece estas enfermedades mentales son los más inocentes del mundo. Los 'normales' somos los más peligrosos, aunque es una ironía", ha expuesto Cabrera, que ha señalado que Tomás Gimeno "no tiene ningún diagnóstico psiquiátrico ni lo ha tenido nunca", y no ha dudado en referirse a él como un "hombre agresivo, impulsivo, primitivo, inmaduro". "No pensemos que es un gran criminal, sino un desgraciado, con perdón de la expresión", ha incidido el especialista.
En este sentido, aunque Cabrera ha señalado que los psiquiatras están "para intentar dar siempre una respuesta científica a las conductas criminales", a veces se impone "la pura maldad, el odio, el rencor, las ganas de hacer daño". Así, para el psiquiatra "es evidente que este sujeto, en su bestialismo, quería por encima de todo, como plato principal de su venganza, que la mujer tuviera un daño irreparable y de por vida". Y ha precisado: "No solamente la ausencia de sus hijas, sino que nunca pudiera velarlas ni enterrarlas. Esto para él era fundamental, y casi lo logra".
¿Buscaba Tomás Gimeno darle la vuelta a su rol como perdedor ante la sociedad tras el fin de su relación con Beatriz? Es la pregunta final que ha lanzado Mamen Mendizábal a Cabrera, que ha resuelto así esta cuestión: "La expresión más psicológica, por así decirlo, es que el sujeto, ante la imposibilidad de rehacer una 'vida de éxito', tiene que destruir la vida de los demás. Este era un guaperas que iba con sus amigos a tomar unas cañas y a meterse algo de droga, y punto final. Ese era su gran mérito social".
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