PANDEMIA DE COVID-19

Una vacuna en septiembre: estos son los riesgos y los beneficios del proyecto más avanzado contra el coronavirus

La Universidad de Oxford tiene un prototipo vacunal ya probado con éxito en macacos. El siguiente paso es probarlo en humanos y, si es efectiva, las primeras dosis llegarán en septiembre. El investigador Luis Jodar explica en Más Vale Tarde qué pasaría si este ensayo acabara creando la primera vacuna contra el coronavirus.

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La Universidad de Oxford apunta que podrá tener una vacuna contra el coronavirus en septiembre. Es la fecha que estima el laboratorio después de que su prototipo haya sido probado con éxito en macacos, animales que comparte el 97,5% de su ADN con los humanos.

El vicepresidente global y jefe médico del área de vacunas Pfizer EE.UU, Luis Jodar, ha explicado en Más Vale Tarde por qué es posible una inesperada y pronta vacuna cuando todas las estimaciones de conseguirla pasaban al año 2021.

El motivo es que esta universidad ya poseía un laboratorio altruista dedicado a la creación de vacunas que había hallado un prototipo de vacuna para el primer coronavirus que afectó a humanos. Una vacuna que se probó en humanos y resultó efectiva, lo que ha acelerado el proceso de creación de una vacuna para este segundo coronavirus.

¿Cuáles son los pasos de una vacuna?

"Todos nosotros empezamos con 100 voluntarios y ellos consideran que ya han probado la seguridad, por lo que se la aplicarán a 1.000 voluntarios. Después se sumarán otros 5.000 más si la vacuna es segura para probar la efectividad", ha explicado Jodar. De esta manera, si se comprueba su fiabilidad, la vacuna podría estar disponible en septiembre.

Si bien es cierto que los investigadores de la universidad británica consideran que después de verano podrían tener el primer millón de dosis, una tirada que quedaría lejos de abastecer a los más de 7.000 millones de personas que habitan la Tierra.

Además, como ha apuntado el sanitario, "para probar la efectividad de una vacuna, desgraciadamente necesitas contagios". Este es el motivo por el que la 'carrera' de las vacunas se hace aún más notable: "Necesitas comprimir todos los pasos y comparar aquellos que han recibido la vacuna con los que han recibido un placebo para ver que las personas que han recibido un placebo se infectan mucho más que las que han recibido la vacuna", ha explicado Jodar.

Un hecho paradójico cuando lo que se precisa por parte de toda la sociedad y los gobiernos es reducir los contagios al menor número posible. "Si en Inglaterra o en EEUU bajara la pandemia inmediatamente tendríamos que ir a otros países para probar la eficacia", ha señalado el vicepresidente del área de vacunas de Pfizer.

¿Sería posible su producción masiva tras la creación?

A pesar de que el médico sostiene que la colaboración es masiva, en la 'carrera' por hallar un antídoto eficaz contra la pandemia, Jodar reconoce que entre los 90 candidatos, el problema no es "que funcione o sean seguros", sino cómo producir millones de dosis.

"Se necesitan unas plantas de producción que son extremadamente sofisticadas. Requieren una calidad de control altísimo y necesitan estar aprobadas por las autoridades regulatorias", ha explicado Jodar, que ha asegurado que "no es fácil".

Según ha afirmado el científico, "hay muy pocas corporaciones que, además de tener el conocimiento y la capacidad de producción, sean capaces de hacerlo a gran escala y con consistencia".

"Lo primero es tener más de una vacuna y lo segundo es preguntarse a quién vacunamos primero"

Para abastecer a toda la población mundial, debe haber una colaboración entre todas estas corporaciones. "No es tanto que el negocio sea lucrativo, sino que todos los países quieran tener las dosis", ha apuntado el investigador, que ha recordado que es prácticamente imposible que todo el mundo pudiera vacunarse.

"Lo primero es tener más de una vacuna y lo segundo es preguntarse a quién vacunamos primero", ha explicado el científico, que ha asegurado que habría que definir cuáles son los estratos de la población que tienen mayor riesgo.

"Así se podría vacunar en estratos de la sociedad a los más vulnerables si se tiene una colaboración internacional. No puede ser que un país quiera vacunar a toda su población y dejar a los países de al lado sin ninguna", ha añadido. Por eso es necesaria una "cooperación intergubernamental y entre el sector público y privado".

Inmunidad de grupo

A pesar de que lo ideal sería vacunar a toda la población, existe lo llamado 'inmunidad de grupo'. Este tipo de inmunidad se consigue cuando gran parte de la población recibe la vacuna y la transmisión del virus se ve interrumpida.

Así, las personas que no hubieran conseguido recibir la vacuna podrían protegerse en virtud de aquellas personas que sí lo están. "Si llegamos a un porcentaje de vacunación de un 50 o 55%, dependiendo del virus, lo que se instala es la inmunidad de grupo, que nos protege a todos aunque sólo un porcentaje esté vacunado", ha explicado el científico.

"Sería bueno tener varias vacunas con distintos perfiles y eficaces, para evitar los cuellos de botella en la producción", ha explicado el investigador, que ha afirmado que, a pesar de que existe incertidumbre sobre cuándo vendrá la segunda ola, es prácticamente seguro que existirá, por lo que "se espera, si no se puede tener antes la vacuna, tenerla en el momento en el que se produzca".

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