La meteorología, la responsable
El motivo detrás del frágil equilibrio de la Península Ibérica frente a los incendios forestales
La humedad que dejaron las lluvias de mayo y junio ha sido decisiva. No obstante, en agosto se pueden dar incendios hasta de sexta generación.
La ola de incendios que asola el Mediterráneo ha acabado con la vida de más de 50 personas. Argelia es el país que queda peor parado, pero las llamas siembran el pánico también en Túnez, Italia, Grecia y Turquía.
Una potente masa de aire extremadamente cálida que se ha extendido por buena parte de la Cuenca Mediterránea ha influido en los incendios
España se encuentra ahora mismo en una situación de frágil equilibrio debido a las lluvias de mayo y junio. Durante esos meses, la masa forestal de nuestro país fue cogiendo humedad.
A pesar de que se han dado dos olas de calor y un primer episodio muy cálido que no ha llegado a tal, han sido cortos e intensos. En esos momentos la vegetación tenía suficiente humedad y la chispa para que se formaran incendios potentes estaba contenida.
No obstante, hay que tener en cuenta que nos queda por delante el mes de agosto en el que se pueden dar importantes incendios que sean, incluso, de sexta generación.
Las temperaturas elevadas no ayudan a evitar el riesgo y las probabilidades dependerán de las masas de aire cálido que se cuelen desde el norte de África y cómo se componga nuestra atmósfera.
Según datos de Copernicus, en lo que va de 2023 se han quemado en España 64.401 hectáreas con 332 incendios. 2022 es el peor año de la historia de nuestro país con 306.555 hectáreas quemadas y 493 incendios. Le sigue 2012 con 189.376 hectáreas y 255 incendios. Después, se sitúa 2016 con 118.368 hectáreas y 219 incendios. Luego, 2009 con 88.845 hectáreas y 219 incendios.