Arturo Fernández, el millonario que no se considera rico

"No me considero un hombre rico, soy rico en amigos", es una de las perlas que Arturo Fernández soltó en un reportaje de ‘Telemadrid’ emitido en mayo de 2011. Un hombre rico en amigos y en caprichos.

Le gustan mucho los vehículos pero prefiere tener chófer."Te he traído aquí para enseñarte mi colección de coches", comentaba orgulloso. Una colección de lujo, tiene más de 100, entre ellos su primer coche."Es un Jaguar Itai. Me costó 300.000 pesetas cuando tenía 18 años. Lo pagué yo trabajando desde los 17", junto a este coche Arturo Férnandez tiene verdaderas joyas históricas como un Mercedes 600.

También presume de tener un Rolls-Royce, un Cadillac,  limusinas y  guarda hasta el coche de su padre. Si todo esto les ha parecido de un hombre que no es rico, sorpréndanse y no por el autoretrato que pueden ver en las imágenes.

"Esto es un búnker, armas", afirmaba Fernández al mostrar el lugar donde guarda su colección de armas, más de 2.000. Tiene hasta una escopeta hecha a medida. "Cuesta 100.000 euros. Está hecha en armenia. Tardaron más de un año", asegura. Incluso intenta enseñar a disparar a la reportera: "Póntela ahí, que no eres zurda guapa". Tiene experiencia porque presume de cazar con el Rey. "Como no voy a hablar con el Rey si soy su armero y cazo con él", afirmaba el número dos de la CEOE.

Además, entre los gustos del empresario hostelero, por supuesto, están las bebidas.  Tiene 25.000 botellas, entre ellas, una diseñada por Piscasso y otra por Dalí. Pero él prefiere enseñar otra: " La de la boda de la nieta de Franco con el príncipe Alfonso”.

También tiene regalos de la realeza, muchas fotos con gente famosa  y presume de ser amigo y haber estudiado con Esperanza Aguirre. También habla con Mariano Rajoy, Rodrigo Rato o se codea con presidentes de grandes empresas como la suya y  por supuesto, no puede faltar una cita con la iglesia. "Voy a cenar con el cardenal Rouco, no porque es una cena santificada", así se pavonea el presidente del grupo Arturo de sus relaciones sociales y de los pequeños lujos que le rodean.