DIO ABSURDAS LECCIONES SOBRE LA VIOLACIÓN Y LA HOMOSEXUALIDAD
El CEU se desmarca de las polémicas declaraciones de la profesora Gloria Casanova
Continúa la polémica por las palabras de una profesora de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia. Este jueves la Universidad se ha visto forzada a distanciarse mientras muchos alumnos mostraban su indignación.
La Fundación Universitaria San Pablo CEUse desmarca de la polémica clase de su profesora. Dicen que aunque en sus centros se incluye el ideario de la Iglesia, estas enseñanzas "no admiten interpretaciones extremas que deriven en menosprecio de la dignidad y la libertad de la persona humana".
Insiste el CEU en que "siempre ha velado y continuará velando" por una enseñanza de la 'Doctrina Social de la Iglesia' desde el respeto.
Un menosprecio claro el que tuvieron que escuchar los alumnos de periodismo por boca de Gloria Casanova, que imparte 'Doctrina Social de la Iglesia', una asignatura obligatoria desde tercero de carrera. La profesora no se cortó ni un pelo y dio una clase magistral del adoctrinamiento más conservador.
Sobre el matrimonio y los malos tratos soltó perlas como estas: "Aunque tu marido te sea infiel, la verdadera prueba de amor es seguir amándole con lágrimas en los ojos, como Jesús lloraba en la cruz"; "las mujeres maltratadas no deben separarse porque eso es amor".
Mención a parte, merece su opinión sobre las violaciones: "el aborto en el caso de violación no es tolerable porque dentro de lo terrible de la violación sacas algo bueno, que es un hijo, un don de Dios".
Y para rematar la faena también habló sobre la homosexualidad y el matrimonio gay: "los niños de padres homosexuales tienen más trastornos de personalidad"; "la homosexualidad se puede reconducir".
Muchos alumnos no soportaron la clase y se marcharon de la clase de esta universidad perteneciente a la Asociación Católica de Propagandistas, que tiene en su haber a honoris causa como el cardenal Antonio Cañizares o el expresidente José Mª Aznar.
Según los alumnos, doña Gloria ha sobrepasado la libertad de cátedra, un derecho reconocido en la Constitución, para hacer meramente opinión y acabar cruzando una delgada línea roja.