Las goteras de otra semana negra del PP

Con corbata verde esperanza, Rajoy se ha esforzado en esbozar una sonrisa en Bruselas en las últimas horas. En casa tiene una tormenta que no escampa. Quizá por eso, a diferencia de otros líderes, ha esquivado hasta el último momento las preguntas de los medios de comunicación.

Con el mar más bravo que nunca, gobierno y PP intentan taponar las entradas de agua para mantener el barco a flote. Primer desafío: protegerse de la tempestad por la presunta contabilidad opaca del partido. Soraya habla, pero marcando distancias entre ejecutivo y partido.

El partido también se mueve para realizar, dice, un ejercicio de máxima transparencia. Ha publicado las cuentas de 2008 a 2011. Los números reflejan cómo los sueldos del PP aumentaron en ese periodo un 22% en plena crisis, hasta los 25 millones. Las cuentas también indican que se multiplicaron por cuatro las donaciones en 2011, año electoral. La presunta contabilidad opaca difundida por El País se refería a años anteriores.

Segundo frente: parar a Esperanza Aguirre en su ofensiva interna. La presidenta del PP madrileño sacó su artillería en una reunión contra la gestión de Cospedal del 'caso Bárcenas' y también contra Ana Botella, por la gestión del 'Madrid Arena'. Además, Aguirre llegó a decir incluso que habría pedido a Ana Mato que dimitiera.

El gobierno, por ahora, respalda a Ana Mato. "Tanto el presidente como la ministra han abordado ya este tema. Los jueces ni siquiera abrieron un procedimiento en 2011. Hay que estar a lo que digan los tribunales", ha señalado Soraya Saénz de Santamaría.

Pero de momento, la aludida, Ana Mato, con el agua al cuello por su presunta relación con la trama Gurtel, se mantiene en silencio. Su entorno advierte a la prensa que no es momento de pedirle explicaciones. Aunque sin respuestas contundentes, la vía de agua sigue abierta.