LOS FRESCOS SE DESCOMPONEN Y LAS GRIETAS SE ABREN
La iglesia del pueblo turolense de Miravete de la Sierra, un tesoro maltratado: los vecinos piden que arreglen las goteras
Miravete de la Sierra, una pequeña localidad del maestrazgo turolense, donde residen habitualmente sólo cinco personas. Hace diez años, una campaña publicitaria puso a Miravete en el mapa por ser 'el pueblo donde nunca pasa nada'. Algo tiene que pasar ahora para que las goteras de su iglesia gótica renacentista dejen de destrozar las paredes.