COINCIDIENDO CON LA OPERACIÓN SALIDA

¿Por qué sube el precio de la gasolina aunque baje el del petróleo?

El experto en energía Jorge Morales explica en Más Vale Tarde por qué la gasolina ha alcanzado su precio más alto en cuatro años pese a la caída del precio del crudo.

Muchas personas que emprenden la 'operación salida' se han visto sorprendidas por una nueva subida del combustible, que ha alcanzado su precio más caro en cuatro años: llenar un depósito de gasolina cuesta 73 euros y uno de gasóleo, 65,30 euros. Pero, ¿por qué sube el precio de la gasolina si el petróleo ha bajado en el último año?

El experto en energía Jorge Morales indica que, aunque el crudo está hoy más barato que en el mismo periodo del año pasado, el petróleo cotiza en dólares y pagamos la gasolina en euros, por lo que hay que tener en cuenta el tipo de cambio y que el dólar se ha fortalecido un 6% en el último año.

De esta manera, el 10% de caída en el precio del crudo se queda en un 4%, a lo que se suma la entrada en vigor el pasado 1 de enero de la modificación del impuesto de hidrocarburos del exministro de Hacienda Cristóbal Montoro, que hizo subir el precio en muchas comunidades autónomas hasta un 2%.

Así, la subida de impuestos y el fortalecimiento del dólar prácticamente han neutralizado la bajada del precio del crudo, a lo que se suma que, al subir la demanda, sube también el precio, algo que la CNMC vigila.

Sin embargo, según Morales, el margen que tienen las gasolineras para subir el precio es "muy poco", ya que el precio del crudo depende de los países donde se extrae, a lo que se suma la cotización del dólar y el euro y el hecho de que en España los impuestos supongan hasta el 70% del precio final del combustible.

Eso sí, "algo de margen hay", así que, recomienda el experto, a la hora de echar gasolina es conveniente comparar primero, puesto que el precio puede variar hasta un 15% de una gasolinera a otra.

En este sentido, indica el experto, a grandes velocidades el consumo se dispara, por lo que conviene llevar a cabo una conducción menos agresiva, que además de ayudarnos a ahorrar combustible contribuirá a nuestra seguridad y a la convivencia.

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