Lo prueba una resonancia magnética de un bebé
Sí, la contaminación atmosférica también afecta al cerebro del feto de una mujer embarazada
Natural se traslada a Barcelona para conocer cómo es el estudio pionero en el mundo en el que miden la contaminación y el desarrollo del feto durante el embarazo. En este vídeo puedes ver las conclusiones de esta investigación.
El equipo de Natural se traslada a Barcelona, la ciudad con más densidad de tráfico de Europa y que menos zonas verdes tienen por habitante. Allí, un miembro del programa entrevista a Mónica Selva, una funcionaria embarazada de 35 semanas. Con ella, comprobamos que la contaminación del aire también llega al feto.
Mónica es una persona activa que camina al menos una hora diaria con una mochila de unos dos kilos de peso y que ha llevado durante 48 horas sin incidencia para saber qué está respirando tanto ella como su futura hija.
Se trata de un estudio pionero en el mundo donde miden la contaminación y el desarrollo del feto durante el embarazo. Tienen alrededor de 550 mujeres participando en este estudio de manera voluntaria aunque lo ideal sería una muestra de 1.200.
Tras sacar el filtro de la mochila de Beatriz, se muestra a las cámaras de Natural los filtros de otras voluntarias, donde se ven distintas tonalidades dependiendo de la zona en la que vivan y la meteorología.
Mar Álvarez, coordinadora del proyecto BiSC, muestra el patrón que presentan estas mujeres y la resonancia magnética de un bebé de un mes cuya madre fue voluntaria del estudio. Tras el estudio, Álvarez saca una conclusión: las partículas que provienen de la combustión de los motores pueden llegar a la placenta y atravesar la barrera placentaria y por tanto llegar al feto y en consecuencia afectar al cerebro de este feto.
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La contaminación afecta a los gorriones y ha influido en una reducción de su población. Sin embargo, Beatriz Sánchez, ambientóloga de la Sociedad Española de Ornitología, explica que otra de las razones del declive de los gorriones es nuestra dieta rica en grasas, en aditivos y pobres en vitaminas y ácidos grasos. Y es que estas aves "funcionan como indicador de que algo estamos haciendo mal".