"¡No es el momento!"

Alberto Chicote explota ante las quejas del dueño de 'El italiano' durante el servicio: "A mí qué mierda me importa"

El servicio está siendo caótico y Manuel, el dueño, decide ir a ver a su socio Alessio porque no puede más, se siente solo en esto y Chicote estalla. "¿Por qué vienes ahora con eso? ¡No es el momento!", le dice el chef.

"¿La ensalada caprese no ha salido? Te lo pedí hace media hora, Ana", grita el dueño a la cocinera y le recuerda que era lo primero que tenía que hacer. "Ponte y lo haces tú", le responde Ana, que confiesa que cuando Manuel se está así le pone de los nervios. "¿Por qué dice siempre lo que hay que hacer que no hace él?”, pregunta Chicote a la cocinera, que de los nervios no se acuerda del nombre del chef. "Estoy colapsada", dice la cocinera a Chicote, cuando no está el dueño.

"¡Esto está muy salado! No puede ser que cada vez nos pase lo mismo", critica Manuel entrando a la cocina sin cuidado haciendo que a Ana se le caiga un tenedor. "¿Los has probado?", pregunta Alberto al dueño dudando de que estén salados, y le responde que no. Lo prueba y dice que está saladísimo. "Está incomible, es una mierda", critica dejando el plato.

Manuel va hasta el horno donde está Alessio para decirle que está saturado porque está solo. "¿Por qué vienes ahora con eso? ¡No es el momento!", le dice el chef, a lo que el propietario le dice que necesita que Alessio le escuche. "¿De verdad es el momento de decir que te sientes solo y que la inmensidad del abismo se te echa encima? ¿Es el momento? ¿O es el momento de sacar el puto trabajo adelante?", le pregunta el chef, que le contesta: "Y a mí que mierda me importa todo esto termina esto, llévate eso", le dice el chef a Manuel y añade: "A llorar a la llorería".

En mitad del caos, Manuel reclama la atención de sus comensales para anunciar el espectáculo de baile de una artista llamada 'La Consu'. "Esto no hay por donde cogerlo", le dice Laura, la camarera, a Chicote que no da crédito a lo que está viendo, mientras que el dueño afirma que cuando ve entrar a una artista al restaurante para el es un respiro, como un soplo de aire fresco, siente un gran felicidad. Tras el espectáculo, los comensales abandonan el restaurante defraudados.