LOS COCINEROS MÁS POLÉMICOS DE PESADILLA EN LA COCINA
Estos son los cocineros que han podido este año con la paciencia de Alberto Chicote
Alberto Chicote ya sabe de antemano lo que puede encontrarse en los restaurantes que ayuda a reflotar en Pesadilla en la cocina. Hay veces que uno de los obstáculos son los propios trabajadores. Repasamos los cocineros que más han puesto a prueba la paciencia del chef este año.
Chicote no podía dejar de "alucinar pepinillos" al escuchar una y otra vez a Juan Carlos, el cocinero del bar El Rey. Tras quejarse y no parar de moverse mientras, Chicote le intenta frenar: "Ponte a hacer algo y deja de dar vueltas que pareces un bailarín".
El jefe de cocina de Don Super Pollo se paraliza cuando hay un poco de caos en la cocina. Así, en el inicio del servicio de reapertura acaba bloqueando el servicio. Chicote se desespera: "¡Vamos Julián, saca los putos huevos ya!".
¡No podíamos olvidarnos de Fermín!, el propietario del ELE que puso al límite a Chicote. Su 'arte' y sus ganas de fiesta han sacado de sus casillas al chef de Pesadilla en la cocina en cada servicio. Lo único que le dejó claro a Chicote fue: ¡No, sin su guitarra!
Y si hay algo que pone de los nervios a Alberto Chicote es que abandonen el servicio, pero si encima es "porque apetecía un pitillo", mucho más. Esto es lo que le pasó al chef con Manoli, la propietaria del Irlanda.
No siempre es bienvenido Alberto Chicote. En su visita a Baltias se encontró con Ronal, un cocinero que no estaba muy agradable con el chef. Así se dirigió Chicote a Ronal: "La diferencia entre tú y yo es demasiado grande para que la percibas".
Este año, Alberto Chicote incluso ha llegado a abandonar un restaurante: Café de Zamora. Tras ver el fracaso del último servicio, el chef se rinde y Sole, la propietaria, no lo lamenta: "Estaba hasta las pelotas, lo mandé a paseo".
Espectacular reforma de 'CD Estoril II'
La increíble reforma con "aire deportivo" del equipo de Alberto Chicote al restaurante 'CD Estoril II'
Este es el antes y el después del 'CD Estoril II'. "Todo respira un aire mucho más deportivo, antes parecía más la sala de espera de un hospital", opina Alberto Chicote.