JAUME MATAS, FRANCISCO GRANADOS Y JOSÉ MARÍA DEL NIDO

Así fueron las primeras navidades a la sombra de los presos VIP

En las cárceles españolas duermen cada noche 57.000 presos. Entre ellos, una treintena de reos VIP como Jaume Matas, Francisco Granados o José María del Nido, para los que son sus primeras navidades a la sombra. Este año, en los altavoces no escucharon villancicos. Tampoco pudieron tirar de los millones de sus cuentas, ni disfrutaron de su personal de servicio. Atrás quedan las suites de los hoteles. Nunca hubo tantas estrellas tras los barrotes.

Carlos Fabra solía pasar estas fiestas celebrando ser el hombre más afortunado en el juego. Entre El Gordo de Navidad y El Niño, al expresidente de la Diputación de Castellón la suerte ha sonreído 9 veces en 10 sorteos navideños. Estas navidades su número de siempre volvió a venderse a velocidad de récord. Fabra ha pasado estos días en la prisión de Aranjuez condenado por fraude fiscal. Allí puso a prueba su fortuna con otros juegos menos lucrativos.

Jaume Matas solía asistir cada año a la Misa del Gallo antes de pasar la Nochebuena en su palacete de Palma. La televisión autonómica parodiaba sus discursos como presidente balear año tras año. Matas está hoy en la cárcel condenado por tráfico de influencias. En la prisión de Segovia sólo se notó que era Navidad por un detalle: precisamente, por la Misa de Gallo. La ofició el obispo de esa ciudad: César Franco. Estas Navidades, Matas se ha quedado sin su tercer grado, sin su palacete y sin su parodia. Al menos pudo ir misa.

En Navidad, Isabel Pantoja solía entrar en los hogares de todos los españoles a través del televisor. En 2014 fue condenada por blanqueo de capitales en el caso Malaya. Sólo pudo cantar villancicos a sus compañeras de la prisión de Alcalá de Guadaíra. Frente al derroche habitual de su finca ‘Cantora’, el lujo de estas fiestas fue que, en lugar de las bandejas habituales, Pantoja tocó platos y vasos de plástico.

Entre Nochebuena y Navidad comió caldo, pavo al horno, langostinos baratos y una bolsa de 400 gramos con polvorones y peladillas. Isabel Pantoja, fiel a su estilo, hizo dejar un mensaje de Navidad en su web. Se refiere a su cárcel como “aquí, donde estoy” para acabar con un “nos vemos pronto”.

Otras navidades, Francisco Granados felicitaba las fiestas a los funcionarios como mano derecha de Aguirre. Este año ha comido turrón, mazapanes y almendras en prisión por primera vez en su vida. La antigua mano de derecha de Aguirre, imputado en la Operación Púnica, tuvo que comerse las uvas en su celda. Su única alegría fue la degustación de bollos preparados por sus compañeros presos de la cárcel de Estremera.

Para el expresidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, son las terceras navidades en la cárcel. Allí comparte comedor con Luis Bárcenas. El extesorero del PP lleva dos años sin poder enfundarse su traje verde para ir a esquiar al Mont Blanc. Estas navidades, Bárcenas también ha tenido que rebajar su nivel de exquisitez. Antes siempre reservaba en un lujoso restaurante de Lyon. Ahora se tiene que conformar con el menú carcelario.

Normalmente, los grandes centros penitenciarios se gastan 3,66 euros dar de comer a los presos. En estas fiestas, duplican su presupuesto. En Nochebuena, destacan la sopa de pescado, los entremeses, la merluza, el arroz con leche y los dulces de Navidad. En Navidad, fideuá, pollo al horno y natillas de chocolate. En Nochevieja, sopa de estrellitas, entremeses fríos y filete de añojo. Las uvas, en la celda, porque en prisión los horarios son sagrados. En todas las prisiones, incluso para los presos VIP, un denominador común: se brinda, sí, pero no con alcohol. En la cárcel está prohibido, incluso para ellos.

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