El vicepresidente de EEUU, admirador

Curtis Yarvin, el ideólogo de la 'ilustración oscura' que quiere cambiar la democracia por 'monarcas' de Silicon Valley

laSexta Columna analiza con expertos quién es Curtis Yarvin, el ideólogo de la llamada 'ilustración oscura', y en qué se basa esta ideología antidemocrática de la que el vicepresidente de EEUU, J.D. Vance, es admirador.

Es 2007, un ingeniero informático utilizaba un seudónimo para empezar un movimiento antidemocrático que bautiza como 'la ilustración oscura' para defender que la democracia es un invento fallido. Se trata de Curtis Yarvin, que utiliza la metáfora de la 'pastilla roja' de 'Matrix' para presentarse. 

Yarvin quiere acabar con la democracia y sustituirla por los directivos de Silicon Valley, que instaurarían una monarquía absoluta empresarial dirigida por un consejero delegado. Argemino Barro, corresponsal de laSexta en Estados Unidos, señala que, según esta teoría, "Elon Musk es el gran ejemplo del superhombre que puede realmente gestionar un país sin tener que preocuparse del faccionalismo y de lo que opine el pueblo". 

Para Carme Colomina, investigadora en desinformación y política global de CIDOB, "estos tecno-oligarcas de Silicon Valley han visto en Donald Trump una oportunidad para su modelo de sociedad". El peligro de este movimiento "soterrado y que no es público" es que "tiene un ideario que está compartido por políticos en ejercicio en estos momentos o líderes de estas grandes plataformas tecnológicas". "Aquí es donde el algoritmo puede llegar a multiplicar o diseminar mucho más activamente unas ideas respecto a otras", añade. 

La 'ilustración oscura' ya impregna la Casa Blanca porque el nuevo vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, es admirador de Curtis Yarvin e incluso le ha copiado la metáfora de la píldora roja.

"Estos epígrafes que parecen nuevos de la ilustración oscura son uno de los trucos de magia con más éxito de la nueva cultura antidemocrática, que es ponerles nombres nuevos a las cosas de siempre", comenta la la periodista Marta Peirano, para la que "una de las maneras más fáciles de rehabilitar un discurso que habíamos abandonado, machista, clasista, racista, antisemita, eugenésico, es darle nombres guais".