ENCABEZARON LA OFENSIVA

'La Nueve': la compañía de soldados españoles, clave en la lucha contra las tropas nazis de Francia

Las tropas aliadas derrotaron a los nazis en África. Por su coraje, destacó la novena división. 160 soldados de los que 146 son españoles. Todos la llaman 'La Nueve'. El más carismático de aquellos combatientes era Amado Granell, un español que se convertiría en el símbolo de la liberación de París.

París fue liberada por soldados españoles: la parte de la historia que Francia borró durante 60 años

laSexta Columnarecorre el París que liberaronlos españoles de 'La Nueve'. Aquí, fueron recibidos como héroes. Dos días después, los líderes franceses, De Gaulle y Leclerc, desfilan delante de sus hombres. El español Amado Granell abre el desfile de la victoria, pero su nombre fue borrado de la historia. 60 años tuvieron que pasar para que París reconociera el papel de los españoles.

Los últimos guerrilleros que intentaron acabar con Franco: "Los aliados no nos ayudaron nunca, nos dejaron solos"

Unos 3.000 guerrilleros cruzaron los Pirineos. Francisco llegó a creer que la dictaduraen España tenía los días contados. Ángel Álvarez estaba en otro grupo guerrillero. Recuerda en laSexta Columna cómo los aliados, por los que había luchado en la Segunda Guerra Mundial, les dejaron solos en la 'Operación Reconquista'.

La vida de los españoles en los gulag de Stalin: "Se quedó dormido y los dedos se quedaron pegados al cristal"

En los gulag de Stalin, los campos de trabajo soviéticos, las jornadas de trabajo eran de 14 horas. El padre de Luis, Vicente, se quedó dormido cortando madera. Gracias al accidente su padre acabó en la panadería. En el reparto del pan le acompañaban dos soldados rusos que utilizaban técnicas primarias para quitarse el frío.

La vida en Leningrado de los niños de la Guerra Civil española: "Un día vi un camión y pensé qué bien, un camión de carne... eran cadáveres"

Teresa vivió tres años en un Leningrado sitiado por los nazis. En ese tiempo, cuenta a laSexta Columna, fabricó bombas, acompañó a los enfermos y ayudó a enterrar cadáveres. Cuando salió de Leningrado Teresa pesaba 37 kilos. Para sobrevivir había comido de todo.

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