MIENTRAS CONTINÚA ATACANDO A PODEMOS
El PP, perseguido por la corrupción, intenta aclarar su relación de amor-odio con Ciudadanos
El Partido Popular tiene muchos frentes abiertos tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado mayo. La agrupación de Mariano Rajoy, poco acostumbrada al diálogo político, se ve ahora en la tesitura de tener que negociar para no perder poder. El partido más afín a los populares es Ciudadanos, a los que criticaron en un intento desesperado de frenar su ascenso electoral, pero ahora, cuando les necesitan para mantener algunos gobiernos, la corrupción vuelve a irrumpir como un obstáculo difícil de sortear.
Inicio de la última campaña electoral del PP. Rajoy visita Tarragona. Allí inaugura un discurso: un mensaje a Ciudadanos sin nombrar al partido de Rivera. "No es momento de adanes ni de ocurrencias". El enemigo ha sido señalado. Sólo queda insistir. Repetir tres ideas básicas hasta el último día de campaña. Primera: el PP tiene historia no como Ciudadanos. Segunda idea: el PP no nace de una tertulia como Ciudadanos. Y tercera idea contra Ciudadanos: el PP nace desde la base.
Mariano Rajoy sabía que Ciudadanos le podía robar votos. Y acertó. Hace cuatro años, casi 8 millones y medio (8.476.138) de personas votaron PP en las municipales. Esta vez, poco más de 6 (6.032.496). Han perdido cerca de 2 millones y medio de votos (2.443.642) y de ellos, 680 mil los han cambiado por Ciudadanos. Más de una cuarta parte del botín perdido. Ciudadanos es causa y consecuencia de la caída del PP. En el análisis público del presidente del Gobierno los culpables son otros.
Hoy, la tele es la enemiga. No siempre fue así en el PP. Aguirre pasea junto a su perro 'Pecas' ante las cámaras. Podría parecer un gesto cotidiano. Pero si Aguirre recoge los excrementos delante de la cámara es porque sabe que funciona. Lleva 20 años funcionando. Parecer una vecina más, siempre ha garantizado cuota de pantalla. Al el principio de su carrera destaca como concejala de Medio Ambiente en Madrid declarando la guerra a las deyecciones caninas.
De aquella época, llaman la atención dos cosas. Las hombreras y la idealización de la Alcaldía de Madrid. Ahí podría haberse archivado ya el deseo en el cerebro de la lideresa. Sólo así podrían explicarse ‘los tres días de furia’ en los que Aguirre luchó contra los soviets. Primero acusó a una jueza jubilada de ser una peligrosa antisistema. "Quieren usar la Alcaldía como trampolín para acabar con el sistema democrático occidental".Y para defenderlo, propuso un gran pacto de centros.
24 horas después, se lo pensó mejor e invitó a su pacto a quien quería acabar con la democracia occidental. "Tiene un programa, que yo no he leído, pero que producía verdadera preocupación. Un gobierno de concentración en el que estén todos, incluida la señora Carmena".
Otras 24 horas después, Aguirre vuelve al principio, al todos contra Carmena. "Mi oferta sigue siendo la misma que el miércoles. Mi disposición a no ser ningún obstáculo para investir al al señor Carmona o a la líder de Ciudadanos como alcalde".
Aguirre no es la única popular en claro declive tras las elecciones. Rajoy se niega a hacer cambios y empieza el baile. Los presidentes de Castilla y León y Aragón dejan caer que podrían dejarlo y los de Baleares y la Comunidad Valenciana anuncian que se van llamando a la renovación interna.
Las miradas se dirigen a ella: la secretaria general del partido. María Dolores de Cospedal le debe el ‘de’ de su apellido a Rajoy. Durante años, nadie reparó en la preposición. El ‘de Cospedal’ no se asentó definitivamente hasta que Rajoy no la nombró candidata en Castilla-La Mancha y secretaria general.
A María Dolores ser secretaria general le daba visibilidad. Cada lunes se dejaba ver en su rueda de prensa semanal.
Estaba cómoda pero llegó el momento de defender lo que era difícil de defender. El caso Bárcenas. En el momento más bajo de Cospedal, todos los micrófonos la buscaron a ella. Tras las últimas elecciones, Sáenz de Santamaría podría salir, de momento, reforzada. Cristina Cifuentes también, podría convertirse en la Presidenta de la Comunidad de Madrid. De momento su futuro depende de Ciudadanos y de la corrupción.
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