CONSTRUCCIÓN DE JESÚS GIL

Un gigante de 12 plantas blanco y azul, el purgatorio de Carmen: "Lo tienen que echar abajo, trozo a trozo"

Su marido se murió escuchando una obra, y el sol no entra por su ventana desde hace 21 años: Carmen no ha parado de luchar por derribar el edificio que se ha convertido en su purgatorio.

Carmen asegura que "antes tenía vistas a la playa y veía todo muy bien", mientras que ahora solo se topa con cemento: "Aunque me dieran un millón de euros no me daban nada, porque llevo 21 años de purgatorio".

Un purgatorio que es azul y blanco y tiene 12 plantas que le quitan el sol y el mar. Si sube a tender, ahí está; cuando sale de su casa, e incluso si estira el brazo, casi lo puede tocar.

Carmen sabe quién es el culpable de que su marido pasase sus últimos meses de vida soportando una inmensa obra: Jesús Gil. Para ella todo ha sido un sufrimiento: "He estado con unas depresiones de caballo porque mi marido estaba muriéndose en la cama, que se tiró tres meses y, de hecho, el bloque se lo llevó".

Al poco de empezar las obras, las denuncias de Carmen y otros vecinos lograron pararlas. Por primera vez, alguien ganaba al 'todopoderoso' alcalde Jesús Gil, aunque solo fueron "dos o tres días", según asegura la propia Carmen.

Era el 'caso Belmonsa', la primera vez que el que sería el cerebro del 'Caso Malaya', entonces concejal de urbanismo, Juan Antonio Roca, aceptaba una condena por tráfico de influencias. También fue condenado Julián Muñoz.

Eran los primeros indicios del saqueo marbellí. Por primera vez un juez se atrevía a pararlo: Santiago Torres. "Recuerdo que fue el edificio Belmonsa y había acordado ya la paralización de la obra y eso fue un shock en Marbella porque parecía que había roto los planes de mucha gente", ha apuntado.

Entonces Gil aseguraba que "con las barbaridades y atrocidades que ha hecho el señor Torres" no pararía "mientras viva" hasta que no pagase lo que había hecho: "Y lo va a pagar".

"A lo mejor fue la novedad", recuerda Santiago Torres: "Aplicar la ley a todos". "Dejé de ser juez porque no podía seguir siendo juez, no podía asumir las obligaciones del cargo por motivos personales y de salud", ha apuntado.

El marido de Carmen murió con un edificio delante y ella teme que le pase lo mismo: irse sin volver a ver todo el mar desde su azotea. Carmen sigue reclamando 20 años después en el Tribunal Supremo, quiere la demolición del edificio y una indemnización: "Igual que lo han hecho para arriba lo tienen que echar para abajo, trozo a trozo", ha concluido, asegurando que se trata de "una injusticia muy grande".

laSexta/ laSexta Columna/ laSexta