Su situación es insostenible
El duro testimonio de comerciantes afectados por la pandemia: "Hemos perdido un 70% de la caja y eso se traduce en ansiedad"
El comercio minorista español es el que más ha sufrido la pandemia. En este vídeo, el relato en primera persona de algunos de los restauradores que llevan más de medio año resistiendo y que cada vez ven más negro el futuro de sus negocios.
Alrededor de un 10% de los comerciantes minoristas ha bajado la persiana durante la pandemia y no la ha podido volver a abrir. Los restauradores han perdido cerca de un 50% de su facturación y llevan más de medio año resistiendo. Algunos de ellos nos cuentan en primera persona cómo es su día a día, cómo se enfrentan a los rebrotes, a la incertidumbre y a los constantes cambios normativos.
Jesús del Puerto, propietario desde hace 30 años de la Cervecería el Doble, en Madrid, dice que no sabe cuánto tiempo van a poder aguantar en esta situación. "Quizás hasta navidades", señala, tras lo que critica que "cada día cambian de normas" y que los hosteleros están "muy limitados".
Juana Matilla, modista en arreglos 'Te & Ar' desde hace nueve años, también se plantea cerrar su pequeño negocio porque "todo son pérdidas". "Quiero que los gobernantes vayan a pie de calle y vean lo que tenemos los negocios pequeños, que es lo que deben hacer", manifiesta.
Por su parte, David Romero, copropietario del restaurante 'El Geli', un establecimiento de Medina del Campo que lleva abierto más de 50 años, lamenta que con el confinamiento han perdido "un 70% de la caja y eso se traduce en ansiedad". Y es que en Medina del Campo no pueden salir de casa desde el 1 de octubre, salvo por causas de fuerza mayor.
"La mayor decepción que nos estamos llevando es por parte de nuestros políticos, que no se saben comportar ante una pandemia como la que está habiendo. Están a la gresca unos con otros y los perjudicamos somos siempre los mismos", denuncia David Romero.
Mientras, Mercedes y María Jesús Saiz, propietarias de moda, diseño y confección 'For you' que se dedicaban desde hace 36 años en su tienda de Burgos a hacer trajes a medida por encargo, con la llegada de la pandemia y la falta de pedidos por la cancelación de celebraciones y eventos, han pasado a fabricar mascarillas. Además, debido ala caída de sus ingresos, han tenido que prescindir de varios de sus trabajadores.