¿Somos todos iguales ante la ley?

Fueron 14 los indicios que el pasado 3 de abril llevaron al juez Castro, a tomar una decisión histórica y sin precedentes: la imputación de la hija del rey, de la Duquesa de Palma, de la infanta Cristina.

El juez apreciaba indicios de cooperación o complicidad en la infanta. El 27 de abril era la fecha marcada en el calendario. Por primera vez  veríamos a una infanta, en un juzgado, y como imputada.

Pero la cita con la justicia duró poco. Tan solo dos días después, y de nuevo haciendo historia, la Fiscalía Anticorrupción para los pies al juez Castro. Presenta un recurso  y solicita la revocación de la imputación. Era la primera vez que el ministerio público recurría una imputación. El fiscal considera "discriminatorio" imputar a Cristina ante la "inexistencia de indicios incriminatorios".

Quedaba así, en manos de la Audiencia Provincial de Palma, la imputación o no de la infanta Cristina. 13 días antes  de lo previsto, la Audiencia, en un auto de 61 folios, se pronuncia y suspende la imputación. Así lo han votado dos de los tres jueces que conforman la Audiencia. Vuelve a hacerse historia, aunque esta vez, con matices.

"La imputación queda de momento en suspenso. Es probable que la adopción de una resolución definitiva dependa de la posibilidad de que se puedan aportar nuevos correos electrónicos de los que pudiera derivarse la participación de la infanta en la presente causa".

El auto de la Audiencia Provincial, deja una puerta abierta sobre un presunto delito fiscal. La Audiencia apunta a que la infanta y el duque utilizaron Aizoon para defraudar a Hacienda. Histórica imputación de un juez a una infanta, histórica actuación de un fiscal anticorrupción e histórico desenlace que no termina de dilucidarse en un escenario de voces discrepantes con un pueblo enfadado, un monarca contundente y una Casa Real beligerante.