Salud en Zapeando

Boticaria García explica qué es y cómo evoluciona el virus de la bofetada, habitual entre los niños

La farmacéutica visita Zapeando para hablar sobre esta enfermedad habitual entre los niños aunque, como advierte, también pueden sufrirla los adultos. Como cuenta, en general, "es leve, benigno y los niños se recuperan rápido".

En las últimas semanas muchos medios se han hecho eco de que muchos pediatras advierten de una fuerte incidencia del conocido como virus de la bofetada, una erupción rojiza que aparece en las mejillas, en un primer momento, y que es una infección benigna pero muy contagiosa. Boticaria García explica en Zapeando en qué consiste y cómo evoluciona.

Como explica Boticaria, esta afección se llama "megaloeritema o eritema infeccioso, y afecta, sobre todo, a niños que están en edad escolar". A pesar de ello, avisa que no hay que relajarse ya que también puede afectar a adultos. El contagio es a través de las gotas de saliva que se emiten al hablar, al toser o estornudar. "El enfermo puede contagiar la enfermedad durante el periodo de incubación y al inicio de los síntomas", explica la farmacéutica. "En la fase de erupción, que es cuando se puede reconocer la enfermedad, ya no es contagioso", añade Boticaria.

En cuanto a sus síntomas, la farmacéutica expone que, al principio, son "muy inespecíficos": "Dolor de cabeza, mocos, algo de malestar, puede o no aparecer fiebre". Más adelante aparece esa erupción que empieza en las mejillas. La lesión en la piel se puede extender y, como indica, "es característico que afecte a las nalgas y a las extremidades.

Las lesiones en el resto del cuerpo son lesiones rojizas, planas y tienen forma reticular. "No suelen aparecer en las palmas ni en las plantas de los pies y suelen picar", explica Boticaria. Estas suelen desaparecer en una semana pero la erupción se puede reactivar durante varias semanas por algunos factores: la luz, el sol o el calor.

En cuanto a su prevención, Boticaria explica que no hay vacuna frente al virus que la provoca. Debido a la manera en que se contagia, vía respiratoria, "el lavado de manos, buenas prácticas al toser o estornudar, es lo que va a ayudar a que no se propague", explica. "En general es leve, benigno y los niños se recuperan rápido", aclara.

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