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Qué hay de real en la serie 'Dahmer': de las polaroids y los supervivientes, a su detención y muerte

'Dahmer' ha sido la última serie en ascender a los altares de la audiencia de Netflix. La ficción del género 'true crime' cuenta el terrible caso del carnicero de Milwakee, Jeffrey Dahmer, y como siempre surgen las dudas sobre qué es real y qué entra en el terreno de la dramatización.

En breve

El nuevo 'true crime' de Netflix 'Dahmer' ha entrado a la plataforma por la puerta grande convirtiéndose en uno de los mayores éxitos con casi 300 millones de horas visionadas en su segunda semana. La miniserie de Ryan Murphy que protagoniza Evan Peters se sitúa así como la segunda serie en inglés más vista de la plataforma, solo superada por Stranger Things 4.

Un dato que confirma el creciente interés del público por el género del true crime y la fascinación que ha generado la historia de Jeffrey Dahmer, el asesino de 17 hombres y adolescentes entre 1978 y 1991. Aún así, el estreno de la ficción sobre el conocido como Canibal o Monstruo de Milwaukee no ha estado exento de polémica ya que las familias de las víctimas han afeado a Netflix que no hayan contado con ellas, como ya contamos aquí. Si hay algo que interesa especialmente de cualquier ficción basada en hechos reales es descubrir los detalles auténticos de la historia frente a las escenas que se han ficcionado. A continuación, los repasamos todos

¿Existe el apartamento de Jeffrey Dahmer?

La mayoría de los asesinatos que cometió Jeffrey Dahmer tuvieron lugar en su apartamento de Milwaukee, excepto los que sucedieron en casa de su abuela en West Allos, la primera víctima a la que mató en casa de sus padres en Ohio y la segunda en el Hotel Ambassador de Milwaukee. Dahmer vivía en el apartamento 213 del 924 de North 25th Street en la ciudad de Milwaukee. Allí fue detenido por la policía en julio de 1991 después de que su última víctima lograra escapar. El registro descubrió un auténtico museo de los horrores y el apartamento y el edificio quedó marcado de por vida. Un año después solo estaban habitados 15 de los 49 pisos y el presidente de la empresa propietaria del edificio decidió demolerlo en 1992 porque era "un símbolo de ira, dolor, violencia y muerte".

Las polaroids, clave de la detención

El caso de Jeffrey Dahmer es diferente al de otros asesinos en serie porque nunca llegó a estar en el radar de la policía. No fue buscado, fundamentalmente porque sus víctimas no importaban a nadie, eran jovenes negros y de diferentes minorías étnicas que desaparecían sin más. Su detención fue simplemente fruto de la casualidad gracias a que su última víctima consiguió escapar.

Fue Tracy Edwards, de 32 años y al que Dahmer conoció en una bar que frecuentaba cerca de su apartamento. Edwards fue el único de su grupo de amigos que aceptó irse con Dahmer para que le hiciera unas fotografías a cambio de 100 euros. Después de ser intimidado y esposado por el asesino, el joven aprovechó un despiste para golpear a su raptor y escapar. En su huida encontró a una patrulla y llevó a los agentes hasta la vivienda.

Allí, la clave fueron unas fotografías que encontró uno de los policías mientras intentaba encontrar la llave de las esposas para liberar a Edwards que insistía en que Dahmer había intentado matarle. Había cerca de un centenar de fotografías de cadáveres, cuerpos descuartizados de diferentes formas y todo tipo de atrocidades. Fue ahí cuando, pese a su intento por escapar, los agentes detuvieron al Jeffrey Dahmer. Después, en el registro del apartamento destapó un auténtico museo de los horrores. Se encontraron numerosos restos humanos y huesos en diferentes estados de descomposición. Dahmer conservaba siete calaveras y cuatro cabezas, tres en un congelador y un en una caja dentro de la nevera. Además, en un bidón de 260 litros lleno de ácido había varios torsos sin cabeza entre otros restos humanos y extremidades.

¿Hubo más supervivientes?

No era la primera vez que la policía iba hasta el apartamento de Jeffrey Dahmer y, de hecho, otra de sus víctimas también logró escapar del piso en un despiste de Dahmer, pero lamentablemente no sobrevivió. Era Konerak Sinthasomphone, un joven de 14 años se escabulló milagrosamente del piso en el que estaba siendo torturado por Dahmer. Su historia se refleja en uno de los momentos más indignantes y frustrantes de la serie.

Sus padres habían llegado a Estados Unidos desde Laos y en 1988, el joven accedió a ir al apartamento de Dahmer después de que éste le ofreciera alcohol y dinero. En un momento en que se quedó solo y a pesar de estar muy drogado consiguió salir del apartamento. Varias vecinas le vieron y avisaron a la policía porque estaba medio desnudo y sangrando, pero no podía hablar ni apenas mantenerse en pie. El asesino llegó cuando estaba allí la policía, dijo que era su novio mayor de edad, que era alcohólico y que él se ocupaba. Los agentes le creyeron y no solo no comprobaron la identidad ni la edad del joven, sino que le escoltaron de nuevo hasta el apartamento donde finalmente fue asesinado. Aunque cuando se descubrió todo, los policías fueron destituidos poco después reingresaron en la policía.

Más suerte había corrido tres años antes su hermano de 13 años, Keison, que se fue de la casa de la abuela de Dahmer medio drogado cuando éste comenzó a tocarle. Fue con él bajo el engaño de dejarse fotografiar a cambio de 50 dólares. Cuando llegó a su casa sus padres le llevaron al hospital y Dahmer terminó siendo condenado a un año de prisión en régimen semiabierto por abuso sexual de un menos. Una vez más, Dahmer se beneficiaba del sistema.

Tracy Adams y Keison Sinthasomphone no fueron los únicos hombres que tuvieron la suerte de librarse de morir a manos de Dahmer. Hubo otros como Ronald Flowers, a quien Dahmer abordó cuando éste no podía arrancar su coche porque estaba sin batería y le invitó a casa de su abuela donde ya había matado a otros jóvenes. En la casa le ofreció una cerveza y Ron empezó a sentirse incómodo, cuando quiso irse fue demasiado tarde porque Dahmer le había puesto droga en el café y no era capaz de moverse ni de hablar. Justo cuando Jeff habría comenzado su macabro ritual apareció su abuela y Dahmer le dijo que solo era un amigo que había bebido de más. Al día siguiente, Ron amaneció en una cama de hospital y de allí fue directo a la policía para denunciar a Jeff Dahmer. Sin embargo, de nuevo los estereotipos jugaron a favor de Dahmer, ya que la policía no dio demasiado crédito al denunciante, un joven negro, y sí creyó la versión de Dahmer, refrendada además por la presencia de su abuela.

¿Existió Glenda Cleveland, la vecina de Dahmer?

Efectivamente el personaje de Glenda Clevelaand es real, aunque hay una diferencia con respecto a la serie: no vivían en el mismo edificio. Ella vivía en un edificio contiguo y fue testigo de varios sucesos que le hicieron sospechar y le llevaron a contactar con la policía y el FBI en muchas ocasiones, sin éxito. De hecho, su hija y su sobrina fueron las que encontraron al joven Konerak Sinthasomphone cuando escapó. El mal olor que salía del apartamento y el ruido que Dahmer hacía con herramientas a altas horas de la noche fueron otras cosas que hicieron sospechar a Glenda de que algo pasaba en ese piso.

Es posible que, como sucede habitualmente en ficciones basadas en hechos reales, el personaje de Glenda sea una mezcla de varias personas en la vida real. Ya que en los informes policiales sí que se menciona a la vecina del piso contiguo de Dahmer y era Pamela Bass. En esos mismos informes se recoge que ella temió, tras la detención de Dahmer, haber comido carne humana en un sándwich que le ofreció su vecino. Y en la serie ese hechos se refleja en una escena como si le hubiera sucedido a Glenda.

Qué paso con Jeffrey Dahmer

Aunque inicialmente fue diagnosticado de varias enfermedades mentales, finalmente se determinó que estaba cuerdo cuando cometió los crímenes y se rechazó el atenuante de enajenación mental que argumentó. Las contundentes pruebas en su contra acabaron en una condena por 15 de los 16 asesinatos a 15 cadenas perpetuas. Más tarde fue sentenciado a una decimosexta cadena perpetua por un crimen anterior cometido en Ohio en 1978. Sin embargo, no llegó a cumplir ni cuatro años de la pena en el Columbia Correctional Institute de Portage, Wisconsin, porque fue asesinado a golpes por el preso Christopher Scarver.

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