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MÁS PROBLEMAS PARA LA APP
No contenta con morir, ahora a Vine se le viene otro problema encima.
Llegó como un auténtico vendaval y parecía que iba a convertirse en una de las mejores apps de la década. Durante un tiempo, Vine fue la plataforma favorita de muchos creadores de contenido audiovisual, que eligieron el formato hipercorto para dar color y forma a todos sus contenidos, especialmente los humorísticos.
Sin embargo, su éxito fue bastante efímero: Vine se vio devorada por su competencia y acabó cerrando, como un reducto de lo que pudo haber sido... pero nunca llegó a ser. Una pequeña decepción para el equipo de Twitter.
Pero si el cierre no fue suficiente problema, ahora Vine se enfrenta a una complejidad si cabe mayor: las cuentas de sus usuarios han sido expuestas en lo que parece haber sido un grave error de seguridad por parte de Twitter.
Ocurrió la semana pasada: durante algo más de 24 horas, los archivos de la plataforma mostraron ciertos contenido de un número significativo de cuentas. No se mostró ninguna contraseña, pero sí los correos electrónicos y números de teléfono de parte de los usuarios que en su momento la mantuvieron con vida.
Por ello, en Twitter han extremado (a buenas horas) las precauciones de seguridad: en un correo electrónico enviado a sus usuarios, la plataforma les avisa del error cometido y del acceso a parte de sus datos para que tengan cuidado por si en los próximos días alguien intenta suplantar su identidad o conseguir más información delicada.
Según el aviso de Vine a sus usuarios, cualquier notificación oficial de la plataforma llegaría desde una dirección de correo con formato 'loquesea@twitter.com', con lo que cualquier otro correo debe ser ignorado. Además, recuerdan no abrir ningún email con archivos adjuntos ni facilitar ninguna contraseña en caso de que el correo se la pida, especialmente si tienen que darla en un enlace externo del que puedan desconfiar.
Del éxito al fracaso en cuatro años
La historia de Vine ha sido tan breve como llena de altibajos. Se hizo famosa en 2012, cuando un número ingente de creadores de contenido (sobre todo humorístico) decidió apostar por los vídeos de menos de 10 segundos para darse a conocer (en España el pionero fue Jorge Cremades). A los usuarios de Twitter les fascinó el formato y Vine subió como la espuma, así que ese mismo año fue adquirida por Twitter.
Sin embargo, la cosa fue empeorando poco a poco. Con el tiempo, los usuarios empezaron a abandonar Vine para centrarse en otras plataformas, como Instagram, Snapchat, los vídeos de Facebook o incluso, con el tiempo, los vídeos nativos de Twitter. Del mismo modo, los creadores de contenido también apostaron por diversificar su apuesta, entrar en otras plataformas con acceso a (mucha) más audiencia e ir abandonando poco a poco el éxito que les había dado Vine en años anteriores.
Finalmente, Twitter cerró Vine en enero de 2017. El asunto parecía finiquitado a todos los efectos, pero este problema de seguridad la ha vuelto a poner en el objetivo de muchos. Habrá que ver si aún no les queda un último disgusto.