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UN 'CHECK', DOS 'CHECKS'... ¡TRES 'CHECKS'!

Combate el 'check' azul: las mejores excusas para contestar a los WhatsApp cuando te dé la gana

El advenimiento, por otra parte esperado, del dichoso triple 'check' de WhatsApp –transmutado en doble 'check' azul– ha destapado la Caja de Pandora. Algo en apariencia tan irrelevante como un par de uves que cambian de color ha enfurecido a cientos de usuarios del chat por excelencia, o al menos esa es la impresión que queda si echamos un vistazo a las redes sociales.

La novedad del doble check azul en WhatsApp no ha sido bienvenida y razones para poner el grito en el cielo, la verdad, no faltan. La privacidad (la poquita que nos quedaba) se va al garete. Ahora tus contactos sabrán no solo si has leído sus mensajes –con los reproches que eso pueda conllevar si tardas en responder o no contestas-, sino también la hora exacta a la que lo has hecho.

¿Demasiada información? Parece que eso piensan muchos. Si estás entre ellos, y te resistes a abandonar WhatsApp porque allí están todos tus amigos, solo tienes dos alternativas: tirar de trucos como los que hemos repasado (leer las notificaciones sin abrir la app o desconectar el wifi y el 3G para entrar sin dejar huella) o hacer acopio de excusas que esgrimir cuando seres queridos (y no tan queridos) comiencen a pedirte explicaciones.

Nosotros hemos puesto en marcha la fábrica de ideas y recopilado también las más ingeniosas que los usuarios del servicio de mensajería han compartido en Twitter (hay incluso un 'hashtag' concebido a tal efecto). Toma nota:

Me quedé sin batería nada más leerlo

Es cierto que abrí WhatsApp y, sí, estaba tu mensaje. Lo leí, no te voy a engañar, pero justo cuando te iba a contestar –ya es mala suerte– se apagó el móvil. Me quedé sin batería, para variar...

Este argumento se sostiene igual de bien (o de mal) si cambias la batería por la cobertura o afirmas que, en el preciso momento de darle a enviar, se agotó la tarifa de datos que tienes contratada (si la tienes).

No me fío: podría estar leyendo Obama

Si Snowden dice que la NSA espía todas nuestras conversaciones y que Facebook –dueña de WhatsApp– colaboró con la inteligencia estadounidense, yo no puedo por menos que creérmelo y obrar en consecuencia. Mejor ser precavido, por si las moscas.

Lo ha abierto mi hijo/sobrino, que estaba jugando con el móvil

A lo Fátima Báñez. Si la ministra de Trabajo cargó el muerto a los chiquillos cuando la cazaron jugando al Bubble Shooter, a ti también te puede funcionar. Si el mensaje que no has querido responder es de tu jefe, al menos tú no tienes que convencer a cuarenta y muchos millones de personas.

Me entraron ganas de ir al baño

Me vino el apretón y tuve que salir corriendo. Si la perrete enseñaba el hocico, ¿qué otra cosa podía hacer? Y, claro, cuando acabé de descomer se me fue el santo al cielo y ya se me olvidó contestar.

Es que prefiero hablar esas cosas en persona

El WhatsApp es muy impersonal, muy frío. Como no era urgente lo que me contabas, pensé que era mejor hablarlo cara a cara. No me culpes: me gusta hacer las cosas bien.

Estaba en una reunión / fiesta / cumpleaños

Mucho ruido, mucha gente... Ya sabes. Eché un vistazo al móvil, leí tu mensaje, pero enseguida reclamaron mi presencia. Es de mala educación estar chateando mientras alguien te habla.

Se me cayó el móvil al váter

Fue tal la emoción que me embargó tras leer tu mensaje que se me escurrió el teléfono y acabó en el retrete. Lo saqué enseguida y seguía funcionando, pero lo tuve que apagar para meterlo en arroz...

Llevaba los guantes puestos

Excusa solo disponible en invierno: en verano puedes jugar la baza de la playa (tenía las manos mojadas y me daba miedo estropear el móvil), pero esa excusa es, si cabe, menos consistente.

Me quedé dormido con el WhatsApp abierto

Me tiré chateando hasta altas horas de la madrugada y, justo cuando me escribiste, me quedé dormido. La aplicación estaba abierta, claro, pero ya no te pude contestar... Y luego por la mañana se me pasó completamente.

Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir

Por la vía regia. Cuando te han pillado con las manos en la masa y no hay manera de escurrir el bulto, la única salida razonable es la disculpa. Toca agachar la cabeza y confiar en la misericordia humana.

Y hasta aquí el 'top ten'. Por supuesto, hay muchas más, y nosotros hemos descartado algunas que cuelan todavía menos. “Cariño, el WhatsApp este, que falla más que una escopeta de feria”. Jugada peligrosa. “El perro se comió mi móvil”. Si no te funcionó con los deberes del colegio, ¿qué te hace pensar que se lo tragará tu novia?. Y así podríamos seguir hasta llenar un libro...

Otra opción, que solo funciona con madres y otros inmigrantes digitales, es tratar de convencer a tu interlocutor de que no ha entendido bien cómo funciona eso del doble 'check' azul. “En realidad no quiere decir que lo he leído...”

Pero también, no lo olvides, puedes optar por la vieja y grata honestidad. “No soy de contestar enseguida, qué le vamos a hacer”. Si tus amigos se acostumbran a tus demoras, puede ser lo más sencillo. Con estas excusas de Whatsapp, corres el riesgo, eso sí, de quedarte fuera de sus planes.

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