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Aunque en el terreno de Apple eso de mandar archivos a otros dispositivos de forma rápida y discreta está solucionado desde hace algunos años (con Airdrop), lo cierto es que en Android todavía andan buscando la manera de estandarizarlo para que, sin mirar la marca del dispositivo que tengamos, sea posible compartir una foto sin perder resolución. Que es lo que ocurre cuando las enviamos a través de WhatsApp, por ejemplo.
Samsung lleva tiempo desarrollando sus propias soluciones para su ecosistema de móviles y tablets que han llegado a comunicarse a las mil maravillas incluso con los ordenadores con Windows 10. Ahora, lo que os traemos es un pequeño recordatorio de que existe una alternativa mucho más centrada en la privacidad y en las funciones que se necesitan para enviar contenidos sensibles o comprometedores entre diferentes Galaxy.
Aquí no estamos diciendo que tengan que ser necesariamente datos que bordeen la legalidad, sino simplemente fotos de nuestros carnés personales, o tarjetas de crédito si algún familiar necesita urgentemente hacer una compra y queremos que lo haga con nuestro método de pago habitual. Gracias a Private Share, será mucho más sencillo controlar a quiénes llegan las cosas y cuándo queremos que dejen de estar disponibles.
Fechas de caducidad para eliminar rastro
Como os decimos, cualquier sistema para compartir archivos y contenidos pasar, habitualmente, por un envío físico de esa foto, vídeo o archivo hasta el otro terminal, por lo que a partir de que lo reciben, quedamos al albur y buen criterio del receptor, esperando que no tenga la tentación en enviárselo a otras personas. Así que por si acaso no nos fiamos mucho, nada como recurrir a este Private Share.
Lo primero que tenéis que saber es que Private Share necesita obligatoriamente vincularse a un número de teléfono, así que lo que hará la app es verificarlo yendo a la propia tarjeta SIM en el instante de darnos de alta. Si por la razón que sea, no puede hacerlo, tendréis que ir a una tienda de vuestro operador para que os haga un duplicado donde sí esté contenida esa información. Una vez que este requisito lo cumplimos, toca darnos de alta.
El proceso es sencillo y una vez concluido podremos ir recurrentemente a esa aplicación a enviar todo lo que queramos. Como podéis ver en las imágenes que tenéis justo encima, en el caso de tener que enviar información sensible como es la foto de una tarjeta (que casi os recomendamos no hacerlo, directamente) debéis marcar una fecha de caducidad para que se elimine del servidor de manera automática. Obviamente, ambos dispositivos tendrán que tener instalada la aplicación porque todo el proceso tiene lugar dentro de ella. Tan segura ha querido Samsung que sea que no permite hacer capturas de pantalla precisamente para salvaguardar la información sensible que queramos compartir. Una vez que el archivo ha sido leído, desaparece para siempre del servidor.
Una de las ventajas de esta aplicación es que hace un seguimiento de toda la actividad del archivo enviado: cuándo llegó, en qué momento se abrió y por último el cumplimiento de la fecha de borrado. Otra manera de utilizar las aplicación es a través de la galería o mis documentos, también apps de Samsung, donde este Private Share aparecerá como una alternativa más a la hora de compartir. En total, será posible elegir un máximo de cinco personas a las que podremos enviar un máximo de diez archivos que en total no superen los 200MB de tamaño. Ni qué decir tiene que todos los ficheros (fotos, vídeos, etc.) se envían tal cual están almacenados en la memoria de nuestro Galaxy, sin manipulación ni reducción de tamaño o calidad alguna.